Viernes, 26 de Abril de 2024 Llovizna ligera 18.5 °C llovizna ligera
 
Lunes, 11 de Octubre de 2021 Llovizna ligera 18.5 °C llovizna ligera
 
Dólar BNA: $918
Dólar Blue: $1055
Columnistas

El tiempo del “endorsement” frente a 20 días cruciales

Massa y Milei

Los libros recuerdan el cruce entre John Kennedy y Richard Nixon como el comienzo de la era de los debates presidenciales modernos. Fue el 20 de septiembre de 1960 y tuvo una audiencia de 66 millones de personas en los Estados Unidos.

Según el muy útil “Debatir para presidir” (Eudeba) compilado por Daniela Barbieri y Augusto Reina, Kennedy aparecía relajado y con buen aspecto mientras que Nixon se veía incómodo y padeciendo por no haberse maquillado. De todas formas, el republicano se lució mejor como orador por sobre el demócrata. 

La conclusión de los analistas fue que Kennedy ganó el debate por televisión pero Nixon se impuso para quienes lo siguieron por radio. Como resultado, según las crónicas del momento, Kennedy pasó de estar perdiendo en las encuestas antes de los mano a mano, a sacar una luz de ventaja después.

Nadie sabe qué pasará con el encuentro de esta noche entre Sergio Massa y Javier Milei, pero posiblemente sea uno de los eventos más decisivos de la campaña electoral

Nadie sabe qué pasará con el encuentro de esta noche entre Sergio Massa y Javier Milei en la Facultad de Derecho, pero posiblemente pueda ser uno de los eventos más decisivos de la campaña electoral que está ingresando en la última semana.

Las encuestas hablan de paridad o de final cabeza a cabeza pero hay que hacer una salvedad: los resultados de las primarias y de las generales sorprendieron a todo el mundo, por lo que tranquilamente ahora mismo puede haber una ventaja de 7 o 10 puntos de uno sobre otro y recién descubrirlo en el escrutinio, comiéndonos los codos.

La consultora 1816, la firma más contratada por los grandes bancos, hizo el viernes una síntesis de los últimos 19 sondeos disponibles, para consumir como droga en la previa interminable. Hasta ahora hay 12 favorables a La Libertad Avanza y 7 para Unión por la Patria

Hay una razón para que la incertidumbre sea total aún en los equipos de campaña que hacen gala de los tracking diarios que los dan subiendo o bajando: todos los sondeos tienen desde 10 hasta más de 30 puntos de indecisos que pueden dar vuelta todo. 

Fuente: 1816.

En el oficialismo aseguran que lo importante es que vienen levantando y que el anarcocapitalista llegó a su techo. Entre los libertarios creen que los están operando con la difusión de esas mediciones. Como entienden que todo terminará muy apretado, se juegan a full con la fiscalización reforzada tras la alianza con Mauricio Macri

Las últimas horas están repletas de rumores, como que Milei se puede bajar del debate aduciendo que “la casta le hace trampa”, porque no lo dejan tener apuntes escritos y porque las reglas, que permitirán moverse en un corralito e interrumpir al otro, son para darle ventajas a Massa.

Puede deducirse que el objetivo del postulante peronista será mostrarse como un hombre de Estado, racional y previsible, esperando que en algún momento su rival pierda el control y espante el votante que duda de su personalidad. 

Milei, en tanto, puede aspirar a recordarle todo el tiempo que es el candidato del kirchnerismo y La Cámpora que alguna vez dijo iba a enfrentar, para complicarlo en el intento de seducir un votante que no quiere nada a Cristina. 

Puede haber además otros ingredientes inesperados. En círculos informados comentaban que en las próximas horas podría surgir alguna noticia desde el exterior que desestabilice los planes del economista, lo que también mejoraría las chances de su rival, un político profesional 24/7.

A propósito, Massa consiguió en las últimas horas, vía la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) de su amigo Chiqui Tapia, que los clubes salgan a manifestarse en contra de las sociedades anónimas deportivas que defendió Milei en una entrevista con Alejandro Fantino, realizada hace un año pero viralizada ahora.

En el entorno del libertario se ríen de que lo vayan a sacar de eje. “¿Lo van a correr con un debate al león salido de Intratables?”, retrucan. “Son todas operaciones porque la jugada de Macri los sorprendió y porque les pegó la falta de naftas por impericia”, agregan. 

Momento de ‘endorsement’

Sin certezas, en tanto, un amplio universo de empresarios, sindicalistas, políticos, intelectuales, artistas y periodistas, del país y hasta del exterior, han salido a advertir sobre el peligro que supone un triunfo de Milei para la democracia argentina. En algunos casos además también salieron a explicitar su voto, aunque con mil reparos, a Massa, como un mal muy menor, reafirmando lo de “mal” pero más lo de “muy menor”.

No está claro si esto cumple el objetivo buscado de convencer a la población de que repiense un eventual voto al libertario o si puede generar el efecto adverso en un público que si permitió el crecimiento de un outsider gritón y puteador antisistema es, entre otros motivos, como reacción al mainstream de lo políticamente correcto que emana de la cultura y los medios.

Se trata de una reacción, de todas maneras, que no es nueva en un mundo donde ya han aparecido figuras de la extrema derecha que juegan al límite de la democracia y frente a las que también en su momento hubo tomas explícitas de posición en su contra

En Estados Unidos en 2016, por ejemplo, generó mucha repercusión cuando la revista The Atlantic, con casi 160 años de historia, explicó por qué decidía apoyar abiertamente a Hillary Clinton frente a Donald Trump.

“Como publicación cuyos fundadores declararon que 'no pertenece a ningún partido o camarilla', no hacemos respaldos políticos a la ligera", escribió el editor Scott Stossel. “Históricamente, sólo hemos respaldado a un presidente cuando sentimos que lo que estaba en juego se había elevado a una verdadera emergencia nacional o una amenaza existencial para la república. Creemos que la elección de Trump plantea tal amenaza”, añadió

“Trump, por otro lado, no tiene antecedentes de servicio público ni calificaciones para cargos públicos. Su afecto es el de un vendedor ambulante de infomerciales; trafica con teorías de conspiración e invectivas racistas; es terriblemente sexista; es errático, reservado y xenófobo; expresa admiración por los gobernantes autoritarios y él mismo demuestra tendencias autoritarias”, completaron la argumentación de lo que los gringos llaman “endorsement”, es decir, apoyo.

El “endorsement” a Massa acá sería muy sencillo de explicar cuando enfrente hay un candidato que ha dicho que los problemas de la Argentina empezaron en 1916, año de la aplicación de la ley Sáenz Peña del voto universal, que destrata al presidente de la vuelta de la democracia en 1983, Raúl Alfonsín, y que tiene como compañera de fórmula a Victoria Villarruel, que niega el plan sistemático de desaparición de personas que fue documentado durante la dictadura.

Si además propone soluciones económicas que no se aplican en casi ningún lugar del mundo y que pueden agravar el deterioro social vigente, si tilda de comunista a todo lo que le cae mal, si habla de crear un “mercado de órganos” o aplica las metáforas más extrañas para hablar de la homosexualidad, no hay mucho más que decir a la hora de explicar la opción de votar por el otro candidato o hacerlo incluso en blanco.

Es cierto que los que apoyan a Milei, cuando no se trata de los que lo hacen sólo por antiperonismo o antikirchnerismo ciego, pueden esgrimir como argumentos el hartazgo frente a una inflación que no se veía hace 30 años, la circulación de una moneda nacional que nadie quiere porque es papel picado o incluso el asco por las prácticas políticas poco edificantes del peronismo en general y de Massa en particular. 

Además, también pueden argumentar que ningún voto en los últimos 40 años ha sido un éxito rotundo, viendo como está el país hoy, así que quién los podría acusar por equivocarse otra vez. La pregunta en este punto sería si a lo sumo no será asomarse a un posible error más grave que los anteriores, por todo lo expuesto anteriormente. Nada más y nada menos.

20 días cruciales

En todo caso, se trata de discusiones que van a atravesar la sociedad durante los próximos 7 días, los primeros de unos 20 que serán un tembladeral en lo político y sobre todo en lo económico:

Desde mañana, el dólar paralelo que se despertó desde el jueves pasado y subió 70 pesos tendrá la palabra. ¿Llegaremos a votar con la calma que rigió desde las generales o puede haber otra escalada hacia los valores que llegan de cosquillas las zonas bajas por la posibilidad de un triunfo de Milei con dolarización incluida? El 20 de octubre casi no había operaciones y el blue estaba a $1100. Ahora está en $960. El miércoles, además, se conocerá la inflación de octubre, alrededor de 9 y pico por ciento, pero ya a nadie le importa a esta altura.

El dólar paralelo se despertó y desde el jueves pasado subió 70 pesos.

A partir del otro lunes, el 20 de noviembre, en cambio, se vivirán los momentos decisivos tal vez para los próximos cuatro años. Si se impone el libertario, habrá que ver si decide ponerle techo o no a una previsible disparada de los dólares bursátiles o los deja escaparse para cambiar pesos por dólares en la economía lo más fácil posible, pero en el medio de un caos. ¿Qué hará Massa? ¿Habrá cooperación con la próxima administración si la jugada es esa? 

Si se impone el oficialismo, ¿usarán los últimos días del mandato que en última instancia aún es de Alberto Fernández para sincerar precios relativos, desde el tipo de cambio a los bondis, para que luego haya contexto que permita aplicar un programa antiinflacionario? ¿Podemos asistir a un escenario de triunfo de UxP ajustado en el que LLA cope las calles para denunciar fraude?

A la vuelta de la esquina, el 10 de diciembre está ahí, y también serán horas clave en la inauguración de un mandato que, gane quien gane, estará signado igual por el cansancio y la bronca que pueden ponerle una pronta fecha de vencimiento a cualquier ilusión surgida de las urnas.

Con Milei presidente y el dólar quién sabe dónde, el Congreso recibirá una ley ómnibus de achicamiento del Estado y el Banco Central tendrá en marcha su “liquidación”, salvo que se impongan dos límites: la calle con la protesta social, o Macri, que intenta desde ahora jugar de seguro anti-locuras y garante de un shock agresivo de ajuste fiscal con cambio de organización económica.

Con Massa electo y heredero de sí mismo, todo el foco estará puesto en la conformación de su nuevo equipo económico, para saber si finalmente el peronismo puede comandar un plan de estabilización “a la israelí”, que calza justo con la idea de “unidad nacional”, o si en cambio la apuesta será a “aguantar hasta la cosecha” y estirar el “vamos viendo”, so riesgo de que se produzca igual la espiralización de las variables, pero tal vez en unos meses.