A medida que las horas fueron corriendo, varios datos de peso fueron resurgiendo para agregar contexto económico y político al choque de trenes ocurrido ayer en Palermo entre dos formaciones de la línea San Martín, que dejó al menos 60 heridos. Obras de infraestructura pendientes, robo de cables, falta de mantenimiento y un fuerte desfinanciamiento indican que la situación trasciende el simple "error humano".
Uno de los primeros detalles que se conoció sobre la situación de los trenes de la línea San Martín al momento del fuerte choque de este viernes fue que no funcionaba el sistema de señales visuales. A raíz del continuo robo de cables, los trabajadores terminaron viéndose obligados a operar con un sistema de control manual y comunicaciones por radio con los maquinistas, el mismo sistema que falló ayer.
Desde el sector, en tanto, alertan que el no funcionamiento del sistema de señales visuales se produce en un marco de abandono: no hay mantenimiento de la infraestructura, ni arreglo de las formaciones, ni se disponen medidas elementales de seguridad. A esto se añaden las postergaciones y los recortes de personal: desde su asunción, Javier Milei mantuvo prácticamente paralizada la empresa Trenes Argentinos al no designar sus autoridades en dos meses, además de despedir al 20% de los trabajadores y disponer una serie de retiros voluntarios.
Más atrás en el tiempo, cuando aún duraba el mandato de Alberto Fernández, el Ministerio de Transporte aprobó un llamado a licitación pública internacional para desarrollar el "diseño y construcción de la obra de renovación de vías y señalamiento" en la línea San Martín, ramal Retiro-Pilar. El presupuesto se estimaba en los $50.000 millones y el proyecto se financiaría con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La obra, anunciada en 2022, nunca se hizo.
Volviendo a este año, la característica más destacable de la gestión de Milei en relación con los trenes es el desfinanciamiento. En comparación con el primer cuatrimestre del 2023, el programa de Asistencia Financiera a Empresas del Sector Ferroviario del Tesoro Nacional fue objeto de un recorte del 60% entre enero y abril de este año. Son datos de un relevamiento de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) citados por la periodista Mariel Fitz Patrick, quien resaltó que dicho programa es la principal fuente de aportes del Tesoro para el financiamiento del ferrocarril.
De las cinco empresas ferroviarias estatales que existen, la más ajustada fue la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIFSE), que se encarga, precisamente, del mantenimiento y la renovación de los sistemas que controlan la circulación de las formaciones. Al valor actual, esa compañía recibió en este primer cuatrimestre $2.982 millones contra los $39.162 millones percibidos en igual período del año pasado: un recorte del 92%.
Cabe recordar que el presidente del directorio de Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) es Luis Adrián Luque, exconcejal de San Miguel por el Frente Renovador. Su vicepresidente es Matías Galparsoro, del entorno de Florencio Randazzo, mientras que el tercero en la empresa es Javier Hibbert, partícipe de la gestión de Mauricio Macri.
En la Comisión Nacional de Transporte (CNRT), encargada del control de las líneas, Milei nombró a Edgar Pérez, quien había sido secretario de Transporte en Córdoba. A su vez, Hernán Alberto Tuppo es el gerente de la línea San Martín, mientras que Trenes Argentinos funciona bajo la órbita del Ministerio de Economía, encabezado por Luis Caputo.
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