River le ganaba dos a cero a Boca cuando Ariel Garcé rechazó el centro de Ariel Carreño. La pelota cayó al lado de Ricardo Ismael Rojas. El defensor del millonario recuperó la pelota, soportó una patada de Carreño y se disparó al ataque.
El zaguero siguió con la pelota y se la cedió a un joven Andrés D'Alessandro, quien se la pasó al gran Ariel Ortega. El Burrito vio como pasaba Rojas por el medio de dos defensores del Xeneize como si fuera un 9 de área y le entregó un exquisito pase.
River, que acumulaba ocho años sin ganar en el estadio de su máximo rival, consiguió una goleada por la sexta fecha del torneo Clausura que sumó tres puntos de oro para la campaña que lo consagró campeón.
Con la lluvia torrencial como protagonista en La Bombonera, Rojas pasó por el costado del lateral Clemente Rodríguez y, ante el cruce de Nicolas Burdisso y Diego Crosa, el defensor se la picó a Roberto Abbondanzieri que estaba adelantado.
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Cuando la pelota ingresó en el arco que daba a la hinchada de Boca, el defensor miró para todos lados en busca de una explicación. Vivía uno de los mejores momentos de su carrera. Claudio Husaín lo levantó, mientras que el defensor abría los brazos. Todos los jugadores de River se tiraron al piso junto al autor del gol para festejar uno de los mejores goles en la historia de los superclásicos.
River, que acumulaba ocho años sin ganar en el estadio de su máximo rival, consiguió una goleada por la sexta fecha del torneo Clausura que sumó tres puntos de oro para la campaña que lo consagró campeón.
