A partir de la polémica deportación de Novak Djokovic de Australia, el Gobierno de Francia avisó que todos los que compitan en Roland Garros, el segundo Grand Slam del año, tendrán que tener la pauta completa de vacunación igual que se exigirá al público y a los profesionales implicados.
El anuncio representa un giro en 180 grados de lo que había planteado Francia sobre el caso. La ministra de Deportes Roxana Maracineanu había dicho hace una semana que Djokovic sí podría participar en Roland Garros, programado entre finales de mayo y comienzos de junio.
Tras la resolución australiana, Maracineanu corrigió su posición y se alineó con el espíritu de un proyecto de ley, recién aprobado por el parlamento francés, que impondrá un certificado de vacunación para muchas actividades de la vida social, lo que incluye asistir a espectáculos deportivos.
Le pass vaccinal a été adopté. Dès que la loi sera promulguée, il deviendra obligatoire pour entrer dans les ERP déjà soumis au pass sanitaire (stade, théâtre ou salon) pour l’ensemble des spectateurs, des pratiquants, des professionnels français ou étrangers 1/2
— Roxana Maracineanu (@RoxaMaracineanu) January 16, 2022
A través de su cuenta de Twitter, la titular de Deportes señaló que "desde que se promulgue la ley, será obligatorio para entrar en los espacios ya sometidos al pasaporte sanitario (estadios, teatros o salones) para el conjunto de los espectadores, de los practicantes, de los profesionales, franceses o extranjeros".
Desde que se promulgue la ley, será obligatorio para entrar en los espacios ya sometidos al pasaporte sanitario (estadios, teatros o salones) para el conjunto de los espectadores, de los practicantes, de los profesionales, franceses o extranjeros", Roxana Maracineanu, ministra de Deportes.
La ministra aprovechó para agradecer al movimiento deportivo su acción de “convicción de los últimos y pocos no vacunados” e insistió en que unos y otros tienen ahora intención de trabajar juntos para “preservar las competiciones” y promover el pasaporte de vacunación “a nivel internacional”.
Hay que tener en cuenta que, a diferencia de lo que ocurre en Australia, para entrar en Francia no hay que tener la pauta completa de vacunación imperativamente. Se puede llegar al país con un pasaporte sanitario que pruebe disponer de un test negativo en su lugar.
No obstante, el proyecto de ley sobre el certificado de vacunación que debe entrar en vigor a finales de esta semana (está todavía pendiente de un recurso ante el Consejo Constitucional) va a hacerlo obligatorio en Francia para tomar algo en un bar o en un restaurante, para ir al cine, a un espectáculo o a un estadio, pero también para utilizar los transportes públicos de larga distancia (autobuses, trenes, aviones o barcos).
