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Columnistas

Hoy se celebra el día de san Julio

Por Federico Yañez

Durante años, para muchos, los problemas del fútbol argentino se resumían en tres palabras: Julio Humberto Grondona. Por lo bajo varios dirigentes confesaban que no se podían cambiar nada porque Don Julio gobernaba todo con puño de hierro, pero con la habilidad política que siempre lo distinguió. Hoy se cumple un nuevo aniversario del peor papelón que vivió la AFA en la historia reciente, el día que se votó por primera vez a un presidente nuevo en 36 años, pero que terminó en empate porque había un voto de más, el día del 38-38.

Una noticia en el inicio de esa tarde auguró que no iba a ser un día normal. Tras las detenciones del 27 de mayo de 2015 en Suiza de los dirigentes americanos por el FIFA Gate, llegó la segunda oleada de arrestos. Argentina ya tenía cuatro implicados en el caso: los empresarios José Margulies, Hugo y Mariano Jinkis y la estrella de la causa, Alejandro Burzaco. El ex hombre fuerte de Torneos primereó, negoció con los fiscales neoyorkinos y se convirtió en arrepentido a cambio de información. Producto de los datos obtenidos cayeron Eduardo Deluca y José Luis Meiszner, los últimos secretarios generales de Conmebol y hombres de Grondona.

Angelici, D´Onofrio, Moyano y Blanco en Ezeiza.

En el predio que la AFA tiene en Ezeiza la tensión se palpaba y una hora antes del inicio de la Asamblea para elegir presidente comenzó a llover como si fuese el fin del mundo mientras 75 electores iban a definir entre Marcelo Tinelli y Luis Segura.

Los clubes de Primera y el ascenso repartían sus apoyos: Tinelli contaba con San Lorenzo y River, mientras que Segura se había asegurado a Racing, Independiente y Boca. También había un dirigente del ascenso, poco conocido para el público, que había pateado el tablero en la previa cuando declaró sobre Tinelli que "no queremos un presidente que se pinte los labios y haga esas cosas raras que hace él". Chiqui Tapia hacía su entrada a la política grande del fútbol argentino.

Un dirigente del ascenso declaró sobre Tinelli: "no queremos un presidente que se pinte los labios y haga esas cosas raras que hace él". Chiqui Tapia hacía su entrada a la política grande del fútbol argentino.

Presidente de Barracas Central y de la Mesa de la B Metropolitana, el yerno de Hugo Moyano contaba con el aval de su suegro para ser uno de los operadores seguristas. Incluso barajó la chance de presentarse, pero tenía menos votos que Segura, se dividían el mismo electorado y le dejaban la presidencia servida al hombre de San Lorenzo.

Tinelli no contaba con los cuatro años necesarios como dirigente para ser candidato, pero hizo una presentación para que le den por válido su año al frente de una comisión de marketing en su club en 2008 que llevó la firma de Jorge Vanossi, Ricardo Gil Lavedra y Rodolfo Barra, ex ministros de Justicia. Para evitar la presión pública, el Comité Ejecutivo de AFA lo habilitó. Ese día un armador tinellista le dijo a este periodista que no iba a ser necesario votar: “Gana por aclamación”. El día de la votación, ante la consulta sobre qué números manejaban, su respuesta fue otra pregunta: “¿Y vos qué números tenés?”. Era el preámbulo de un día agitado.

La votación fue en el gimnasio de futsal donde un año años habían velado a Julio Grondona. Burzaco declaró en la Justicia de EE.UU. que el día del funeral Juan Angel Napout, entonces presidente de Conmebol –que cayó con el FIFA Gate y fue condenado– y Marco Polo Del Nero, ex mandamás de la Confederación Brasilera de Fútbol, le pidieron saber el monto de las coimas que recibía Don Julio, para que las repartiera entre los dirigentes sudamericanos y que le diera a Segura 300 mil dólares.

En vez de ir contando voto a voto, los apilaron.

Había 75 asambleístas con derecho a voto. Algunos clubes los reemplazaron por sus presidentes para darle volumen político al asunto. Entre los electores estuvieron Daniel Angelici, Víctor Blanco, Matías Lammens, Víctor Santa María y Hugo Moyano, que llegó con una nutrida delegación de Independiente y Camioneros. Su escolta lo acompañó hasta su silla y lo vigiló de cerca de espaldas a la tribuna donde estaban apostados los periodistas en una tarde donde la lluvia, la humedad y la tensión crecían minuto a minuto. Cada uno de ellos se fue levantando de manera alternada para ir a las dos cabinas y dejar la boleta que decía Segura o Tinelli.

Cuando terminó, se tomaron las urnas y se llevaron a unas mesas entre el escenario principal y las sillas de los dirigentes. Siete personas debían hacer el recuento: tres de la Inspección General de Justicia, dos dirigentes por el lado del conductor y uno por el segurismo, mientras que el último era Alejandro Amor, defensor del Pueblo de la Ciudad y miembro de Comisión Directiva de Racing. En vez de ir contando voto a voto, los apilaron. Si bien detectaron dos veces votos duplicados, omitieron una tercera vez y nunca supieron de quién era. Con los años hubo acusaciones cruzadas de que el voto pegado era de los otros. Sin embargo, en una elección donde solo había 75 votos, con siete personas chequeando cada sobre, no pudieron darse cuenta del error. Tras el escándalo, Angelici propuso votar de nuevo a mano alzada. "Estamos haciendo un secreto como si fuera la NASA. En el fútbol somos todos hombres de bien. Por estatuto, si estamos todos de acuerdo los asambleístas, votemos a mano alzada", pidió el binguero, pero la propuesta naufragó.

Habano en mano, camisa negra abierta y cara de pocos amigos, el entonces presidente de Boca encaró a los medios confirmó lo que había pedido. Era imposible repetir porque se habían ido los presidentes de Crucero del Norte –debía tomar un vuelo– y el de Excursionistas –la barra había pintado su casa. Además, Mario Giammaría, de la Liga Rosarina, denunció que lo apretaron en un baño. A partir de ahí surgieron miles de versiones, una de las cuales proponía votar el 16 o 18 de diciembre, cosa que River rechazó porque debían viajar al Mundial de Clubes y su asambleísta, Jorge Brito, no quería perderse la excursión nipona.

Finalmente se hizo un gobierno de transición con el norte puesto en marzo o junio de 2016. Lammens, uno de los que formaba la conducción, renunció a los pocos meses y el gobierno de Mauricio Macri comenzó a presionar a la FIFA, que terminó creando el Comité de Regularización tras la Copa América de 2016. Tata Martino renunció porque no le daban los jugadores para los Juegos Olímpicos y en marzo de 2017 Tapia fue electo.

Pero todo empezó el 3 de diciembre de 2015, cuando la AFA logró lo que años de ciencia no había podido, que el orden de los factores sí altere el producto.