Mariano Rodriguez Larreta, payamédico y hermano menor del jefe de Gobierno porteño, contó hoy sobre su experiencia acompañando a pacientes con coronavirus, entre ellos su madre, y reconoció que "uno puede sanar un montón de cosas en la ultima etapa de su vida" durante una entrevista en De Lejos No Lo Ves.
Mariano Rodriguez Larreta recorre hospitales hace doce años con el grupo Sanarizes para acompañar a pacientes oncológicos. Este último tiempo también estuvo al lado de los pacientes enfermos de covid-19: "Sentía que necesitaba conectar con las personas por lo sensitivo, humano y por el humor que es como yo me conecto con la vida".
"Lo que fui entendiendo es que la persona necesita un lugar donde volcar su angustia existencial y sus miedos. Con los familiares no se puede porque es difícil, yo aprendí a acompañar el dolor, empatizar y registrar al otro", afirmó por Radio con Vos.
Además, Larreta compartió que también ayudó a su madre cuando enfermó por coronavirus "sentí que podía aportarle experiencia aunque no la podía ver físicamente". Gracias a esta experiencia comenzó a hacer lo mismo por otros durante la pandemia.
"Salió bastante rápido, aunque tenia 82 años y algunas enfermedades. Después me entere que ella dijo que de alguna manera yo le había salvado la vida", contó Larreta quien además aseguró que le puso "el mismo ímpetu, conocimiento y experiencia que con cualquier otra persona”.
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El payamédico advirtió que, sin desmerecer lo fisiológico, lo psicológico también constituye "una variable sanitaria" como por ejemplo el efecto placebo. Y reconoció que "uno puede sanar un montón de cosas en la ultima etapa de su vida".
"Había dos pacientes con coronavirus que me dijeron que hacía tres días se sentían asfixiadas y que pensaron que era coronavirus, pero que era la angustia que tenían", compartió Larreta sobre dos pacientes a las que ayudó y que afortunadamente fueron dadas de alta tiempo más adelante.
"Otra mujer me decía que tenía miedo de dejar a los hijos sin su madre y no saber que viene después. Yo tironeó de esos miedos aunque no tengo muchas respuestas. Es dejar que la persona descargue y que pueda encontrar a alguien que lo escuche. Hay que evitar las frases hechas o las frases religiosas porque a la persona la dejas muda", completó.
