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Columnistas

El día que Messi se plantó frente al Barcelona

Por Federico Yañez

"No estamos de acuerdo en dejar ir a su selección a un jugador que, para nosotros, no está en condición física o que está en fase de rehabilitación". Así abrió la semana Leonardo, el director deportivo del PSG, en una frase que tenía como destino directo al predio que la AFA tiene en Ezeiza. No era la primera vez que se refería a Lionel Messi y el seleccionado. Tras el partido contra Lille, donde Messi salió reemplazado, había abierto la primera grieta: “Es un poco difícil de explicar. En estos dos meses pasó más tiempo con su selección que acá”. El capitán jugó solo la mitad de los partidos del equipo francés, pero todos los de Argentina. Sin embargo, no es la primera vez que Messi pone al seleccionado antes que nada. 

En 2008 Frank Rijkaard anunció que dejaba Barcelona y el club decidió reemplazarlo por Pep Guardiola, que en su primera temporada dirigiendo había ascendido al Barcelona B de Tercera a Segunda. Hacía dos años que no ganaban ningún título y la primera decisión de peso que tomó Guardiola fue prescindir de varios jugadores de peso, como Ronaldinho. El brasilero oscilaba entre lesiones y salidas nocturnas y el temor era que descarriara al rosarino Messi, que heredó su camiseta número 10.

Laporta tuvo una epifanía que marcó su relación con Messi.

En enero de 2007 se hizo el Preolímpico Sub 20 en Paraguay. Los mejores cuatro se clasificaban al Mundial de Canadá y los dos primeros, además, a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Argentina defendía el oro de Atenas 2004. Si bien por edad Hugo Tocalli podía contar con Messi y Sergio Agüero, no se los cedieron. En la última jugada del último partido de la segunda ronda el seleccionado se clasificó gracias a un cabezazo de Lautaro Acosta para ganarle 1-0 a Uruguay y quedar segundo detrás de Brasil. El jugador de Lanús sería parte de los equipos que ganarían la Copa del Mundo de ese año y la medalla dorada un año después.

Meses antes del inicio de los Juegos, Messi comenzó su campaña personal para viajar a China.

Meses antes del inicio de los Juegos, Messi comenzó su campaña personal para viajar a China. "Son los Juegos Olímpicos. Es una oportunidad única que tiene un jugador en su carrera. Tengo la posibilidad de ser recordado y me encantaría vivir esta experiencia. Creo que el club entiende lo que pienso". Por reglamento, Barcelona no tenía que cederlo porque no era un torneo oficial FIFA. El cambio de entrenador y la necesidad de clasificar a la zona de grupos de la Champions eran los otros dos argumentos que esgrimía el club.

Argentina debutaba el 7 de agosto contra Costa de Marfil en Shanghai, mientras que Barcelona jugaba la ida de la tercera ronda contra el Wisla Cracovia polaco el 13. Los catalanes habían armado una pretemporada que comenzó en Nueva York –donde le ganaron 2-1 a Boca por el Trofeo Joan Gamper, con goles de Puyol y Eto´o en tiempo de descuento. El camerunés, al igual que Ronaldinho y Deco, no estaba en los planes de Guardiola, pero sobrevivió y sería vital en la final de la Champions contra Manchester United. Luego continuaron viaje a Escocia y cerraron la gira en Italia para jugar la Copa Artemio Franchi en Florencia.

Con el presidente de Barcelona, Joan Laporta.

Si bien Julio Grondona había iniciado gestiones y hasta pidió la intermediación de Joseph Blatter, el presidente Joan Laporta se mostraba intransigente. Necesitaban a Messi para clasificar a la Champions y los Juegos terminaban el 23 de agosto, una semana antes del inicio de la Liga. En la temporada anterior Barcelona terminó tercero a 18 puntos del Real Madrid, que fue campeón y a 10 del Villarreal.

Si bien Julio Grondona había iniciado gestiones y hasta pidió la intermediación de Joseph Blatter, el presidente Joan Laporta se mostraba intransigente.

Messi estaba fastidioso en la pretemporada y amagaba con irse igual, sin el permiso del club. Si bien en los últimos años peló una faceta más combativa -más maradoneana-, como cuando salió a cruzar a la AFA en 2016 o a la Conmebol en 2019, en ese momento no dejaba de ser una promesa, a pesar de haber jugado un Mundial de mayores, una Copa América y ser campeón de la Copa del Mundo Sub20 de 2005 donde fue goleador y figura. Messi presionaba interna y externamente, pero el club no cedía.

En Italia, Guardiola tuvo su primer gran gesto de lucidez como entrenador, una suerte de epifanía que podría marcarse como el punto de quiebre de su carrera, el kilómetro cero como entrenador. Encaró a Laporta y a Txiki Beguiristán, director deportivo y ex compañero suyo en los años ´90, y les dijo que había que liberar al rosarino. Luego agarró a Messi y le comunicó la noticia. En ese momento no dimensionaba el triunfo que había logrado como gestor de grupo. Automáticamente, el jugador voló de Florencia a Catalunya para hacer los trámites para arribar a suelo chino. La única condición que puso el club es que lo tenía que acompañar Pepe Costa, empleado de club. A partir de ahí y con los años, Messi y Costa se han hecho muy amigos, a punto tal que siempre viaja con él cuando viene al seleccionado. Incluso, este año renunció a Barcelona para ir con Lionel a su aventura parisina.

Messi estaba fastidioso en la pretemporada y amagaba con irse igual, sin el permiso del club.

 

A pesar de la autorización, Laporta hizo un reclamo ante el TAS, el Tribunal de Arbitraje Deportivo en Suiza, para quejarse por la situación. Una manera de cubrirse ante una potencial lesión del jugador. Messi llegó una semana antes del debut contra los marfileños, donde anotó el primer gol del partido para la victoria 2-1. Luego metería otro contra Holanda, a quien Argentina eliminó en cuartos de final con un gol de Angel Di María en el complemento. En las semifinales contra Brasil, Argentina aguantó el embate verdeamarelo y entre Messi, Riquelme y Agüero sometieron al clásico rival para un 3-0 lapidario. En términos psicoanalíticos, Messi eliminó a Ronaldinho y terminó de enterrar la relación paternal con el brasilero.

En la final, una conexión rosarina entre el 15 -sí, en China jugaba con ese número porque el 10 era de Riquelme- y Di María terminó con un sombrerito de Fideo para ser campeones olímpicos.

A su vuelta a Barcelona, Messi le retribuyó a Guardiola de la mejor manera. Durante 2009 ganaron los seis torneos que jugaron, con un Lionel dominante, goleador y que a fin de ese año ganaría el primero de sus seis Balones de Oro.

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