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Opinión

Bercovich explicó los cruces entre la causa Cuadernos, Techint y la UIF

Santa María

Alejandro Bercovich brindó más detalles sobre la causa de los Cuadernos y el escándalo con las negligencias de la Unidad de Información Financiera (UIF). "Esta historia simboliza cómo los dueños de todo se hicieron también dueños del Estado de la manera en la que pudieron, sea corrompiendo o permeándolo con elementos que lo hacen bobo", sentenció el periodista.

Se sabe que "uno de los que dijo haberle dado plata a Roberto Baratta fue Héctor Zabaleta, un lobista del grupo Techint, que estaba encargado de las gestiones personales importantes de Paolo Rocca, uno de los hombres más ricos del país". "Solía moverse con mucho dinero en efectivo y tenía a disposición una caja fuerte de donde pudo sacar 800 mil dólares para dárselos al chofer de Barata, según su declaración", explicó Bercovich en el aire de Radio Con Vos.

"Al jefe de Zabaleta, Luis Betnaza, le preguntaron si él había autorizado ese pago indebido y dijo que sí. Cuando le preguntaron a Rocca, dijo que no sabía nada", continuó.

Betnaza dijo ante la justicia que el pago lo realizó "por razones humanitarias" ya que "estaba en peligro personal de Techint en Venezuela, porque estaban expropiando la filial venezolana, Sidor. En ese momento temió por la vida de esos técnicos e ingenieros argentinos que estaban allá porque había sindicalistas chavistas que los amenazaban".

Los que cuentan esta historia la cuentan siempre recortada".

"Ahí empezó una negociación por la guita que le iba a dar Hugo Chávez. A Rocca le fue muy bien, consiguió en términos comparativos más del doble de lo que consiguió en proporción la petrolera yanqui Exxon Mobile" y también quedó "mejor posicionado que el Banco Santander", según Bercovich.

"¿Qué compraba Zabaleta cuando le daba la plata a Baratta? ¿Compraba un servicio de lobby del Estado argentino para que la indemnización fuese mayor o compraba esa seguridad de los técnicos e ingenieros? No lo sabemos, pero si pagaba por una indemnización mayor, entonces estaba pagando una coima. Ahora, ¿se pudo haber pagado esa coima de casi un millón de dólares sin que lo supiese el dueño de la empresa? Yo creo que no", reflexionó.

Julián Ercolini, el juez que sucedió a Claudio Bonadio, determinó que "la coima la pagó Techint bajo estado de necesidad", motivo por el cual decidió sobreseerlos. Ahora resulta que la UIF, "el organismo antilavado del gobierno nacional", que estaba como querellante en esta causa, podría haber intervenido para que se revise esta decisión y no lo hizo.

Ayer se dio a conocer que la UIF decidió sumariar a los abogados del organismo que no apelaron el sobreseimiento de los directivos de Techint en la causa de los cuadernos.

"Me enteré después que según el jefe de la UIF, Carlos Cruz, una de las personas que estaba encargada de hacer la apelación estaba con Covid bajo licencia e inmediatamente después entró con licencia por salud mental. O sea: ni siquiera estaba en su función cuando debió haber llevado adelante esta operación", precisó Bercovich.

Bajo la misma línea, agregó: "Cruz viene de ser abogado de José ´Pepe´ Santamaría, el fundador del sindicato de encargados de edificios (SUTERH), y luego de Víctor Santamaría, el heredero del sindicato y dueño de un multimedios, de una universidad y padrino de un montón de referentes del albertismo y del Frente de Todos".

También destacó que "a Víctor lo denunciaron en el 2018 por querer sumarse al blanqueo de Mauricio Macri". "Yo habría pensado dos veces antes de poner a un abogado que trabajó para alguien así", comentó el periodista. "Ahora Cruz acusa a subalternos, que están alineados con otra ala interna, que será la kirchnerista, de no haber llevado adelante esta apelación", continuó.

Bercovich remarcó que esta causa es de suma importancia para todos ya que "estos empresarios y funcionarios, que no funcionan, son los que hacen que se siga concentrando el ingreso en la Argentina y los que hacen que queden impunes casos como este, en el que se juega no solo la honorabilidad sino cuánto vale la lata de arvejas y un auto de los que se hacen con la chapa de Techint". "Los que cuentan esta historia la cuentan siempre recortada", finalizó Bercovich.