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Columnistas

La "bipolaridad Techint" y el sueño del empleo industrial

Paolo Rocca

Por Jairo Straccia

Solo el acento portugués que mantiene Anamá Ferreyra aún después de décadas en el país es tan duradero y característico como el tono tano de Paolo Rocca, el empresario industrial más importante del país. Una entonación que deja oír poco ya que sus intervenciones públicas son contadas con los dedos pero no por eso menos influyentes.

Cuando el número uno de la Organización Techint habla pone a los gobiernos autodefinidos nacionales y populares ante dos opciones: confrontar con el rostro de las corporaciones o abrazar el modelo de producción nacional que ofrece el grupo, una alternativa nada desdeñable en un establishment donde pesan fuerte también la producción primaria del campo o los negocios financieros de la banca, con intereses muchas veces contrapuestos.

Lo loco es que en este año y medio, la administración de Alberto Fernández se las arregla para hacer las dos cosas a la vez. Ubicar a Techint en las antípodas de su discurso y al mismo tiempo beneficiarlo con el rumbo de su gestión e incluso partidas presupuestarias.

“Miserables” pero al día

Allá a fines de marzo de 2020, por ejemplo, el Presidente habló de “miserables” al referirse a las cesantías de la constructora del holding al inicio de la pandemia e inició una serie de desencuentros. Poco tiempo después en una reunión en Olivos con ejecutivos top no fue nadie de Techint, que tiene representantes de asuntos públicos para hacer dulces. Al mismo tiempo, el primer mandatario se olvidó de agradecerle en público al propio Rocca por donaciones para un hospital que estaba inaugurando en la emergencia y el nacido en Milán puso el grito en el cielo.

La administración de Alberto Fernández hace las dos cosas a la vez: ubicar a Techint en las antípodas de su discurso y beneficiarlo con el rumbo de su gestión, incluso con partidas presupuestarias.

Sin embargo, en esos días y en lo peor del coronavirus, cuando el país descubría que no tenía ni plata ni crédito para responder con más fuerza a las necesidades de la población, el Gobierno puso taca taca 15.000 millones de pesos para pagarle una deuda que la petrolera del grupo, Tecpetrol, arrastraba desde la gestión de Cambiemos, por los subsidios para invertir en el yacimiento de Vaca Muerta.

Ahora está ocurriendo otro tanto. Hace diez días, el Presidente se indignó por radio con que la Justicia hubiera sobreseído a Rocca y su mano derecha Luis Betnaza por los pagos de coimas que habían reconocido haber hecho durante la negociación por la expropiación de su filial Sidor a manos del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. En tren de mostrar cómo el Poder Judicial juega para los poderosos, Fernández cuestionó que le aceptaran que lo habían hecho “por necesidad”. No reparó en que estaba validando la idea de que el gobierno de Cristina Kirchner en su momento cobró coimas cuando siempre se nos dijo que lo que decían los cuadernos del chofer de un funcionario del ministro Julio De Vido, de donde surgió la información original, era mentira. Pero bueh. El punto es que puso en la mira a Techint en la semana previa al Día de la Industria.

Justamente esa celebración mostró esta semana otra vez la bipolaridad Techint en la relación empresas-gobierno. La Unión Industrial Argentina, sello de goma institucional del lobby corporativo básicamente de Techint y la alimenticia Arcor pero con representatividad en todo el país, hizo su festejo en Cerámicas Alberdi en José C. Paz, provincia de Buenos Aires. Fernández no fue, cuando hasta el propio Mauricio Macri iba a esos eventos pese a que lo veían como el espíritu de la desindustrialización hecho carne. Tampoco ningún ministro, y apenas estuvieron secretarios de tercera línea. Una señal simple para cualquier traductor de gestos.

En paralelo el jefe de Estado aparecía en un acto en Chaco para hablar de que “no hay industria central y periférica” mientras el gobernador Axel Kicillof soltaba en Pilar que “en la TV se ven muchos que no son ni empresarios ni nacionales”.

Alberto Fernández, desde Chaco: Preferimos impulsar la producción que apostar a unos bonos
¿Confrontación? En este año y medio, el gobierno de Fernández confrontó con Techint pero lo benefició con su gestión.

Yo, Paolo

Quien sí estuvo sentado en primera fila en el acto fue Rocca. El poder real detrás del abogado laboralista Daniel Funes de Rioja que preside la entidad dijo presente y eligió hablar con periodistas para marcar la cancha. Porque Rocca es el rey de irse sin hablar de todos lados y solo manda mensajes cuando quiere. Los que tenemos años en esos actos lo hemos corrido cuadras sin que diga ni mu.

Esta vez, en siete minutos dijo que la salida de la pandemia es con iniciativa privada, con más empleo genuino y menos planes sociales y puestos estatales y pidió acordar con el Fondo Monetario Internacional, bajar la inflación y reducir la diferencia entre los dólares oficial y paralelo. Otra que los comunicados insulsos de las siglas de la rosca.

Pero la supuesta tensión entre los empresarios y el Poder Ejecutivo convive con un momento de demanda récord de acero que produce Ternium, la pata siderúrgica de Techint, y que va a los electrodomésticos o autos que se incentivan con cuotas subsidiadas y con freno a las importaciones. Ah, mientras vuelve a crecer el negocio petrolero porque el Gobierno lo estimula con fondos públicos y no solo es una buena noticia para la producción de los tubos para hidrocarburos que fabrica Tenaris, el otro brazo de la T. Tecpetrol pidió seguir cobrando los subsidios para invertir en Vaca Muerta según el esquema que había fijado el gobierno anterior y crece su actividad en Neuquén.

Progre devaluador

La vida y el recorrido de Rocca resumen el modo Doctor Jekyll y Mister Hyde que convive en la cumbre del empresariado. Austero, en una época solía traerse de Italia un puñado de camisas todas iguales para usarlas todo el año sin llamar la atención. Alguna vez le hizo vender un auto llamativo a un descendiente de la familia, encandilado por las mieles de la cuna de oro.

En las plantas de Campana han visto llegar al titular de una fortuna de USS 4.100 millones según Forbes manejando su propio auto. A algún invitado le ha servido en su casa pastas hechas por él mismo. Licenciado en Ciencias Políticas, hay quien hasta lo considera “liberal de izquierda” y así explican que hace poco trajo al investigador Branco Milánovic a hablar a sus oficinas sobre el crecimiento de la desigualdad mundial y el futuro del capitalismo.

Para los gobiernos como el actual, Techint será lo que sea pero también es la mayor plataforma que mantiene vivo el sueño cada vez más difícil de la Argentina del empleo industrial.

Pero con 68 años, Rocca también está convencido de la urgencia de bajar el gasto público y reducir los impuestos, como lo discutió en público hace un año con el propio ministro de Economía, Martín Guzmán. El tamaño del Estado lo obsesiona y piensa que hacen falta reformas estructurales. Tal vez por eso su Betnaza del bronceado y los trajes blancos jugó tan abiertamente para que la Unión Cívica Radical se uniera al PRO en la convención de Gualeguaychú en 2015.

Al mismo tiempo, todo Techint le pide al sector público que aparezca con todas sus fuerzas para protegerlo de la competencia desleal del acero que producen los chinos, otra repetida muletilla del industrial, así como lo es la competitividad del tipo de cambio. En Techint se monitorea en tiempo real el salario en dólares y se lo compara con sus filiales en México y Brasil. Pese a la licuación de los últimos tres años, el freno de las microdepreciaciones este año tal vez lo llevan a pedir que se reduzca la brecha cambiaria, como dijo el jueves. Una urgencia de toda la economía, pero que también puede implicar unificar la cotizaciones que hoy están en $102 el oficial y $180 los paralelos. Actualizar la cotización oficial. Devaluar.

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Todo junto. Techint es la cara de las corporaciones y la plataforma ideal para los gobiernos que sueñan con el país industrial.

La encerrona es que para los gobiernos como el actual, Techint será lo que sea pero también es la mayor plataforma que mantiene vivo el sueño cada vez más difícil de la Argentina del empleo industrial. No han sido pocas las veces que pese a los cruces, la T le habilita al funcionario de turno esa recorrida de plantas entre tecnología y operarios que llena el formulario de inversión, salario digno y seguridad social. El desafío es cómo hacer que esos hechos no se vuelvan aislados ni se vayan diluyendo en fade, sino que sean un camino largo de inversión, trabajo y exportación con chances de éxito sostenible.

En su intervención, Rocca subrayó también la necesidad de generar puestos de trabajo de calidad “acá, en el Conurbano”, donde se hacía el acto. Debe ser uno de los puntos donde podría encontrarse un acuerdo liso y llano con el Gobierno. La casualidad quiso que ese mismo día la aplicación de movilidad Uber informó que antes de la pandemia, entre octubre de 2017 y febrero de 2020, sumó unos 10.000 choferes por día en el Gran Buenos Aires, que explicaron el 2% de los nuevos monotributistas registrados.

Debate por el modelo de país, yendo.

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