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Columnistas

Stade Reims, el coloso francés que no fue

Stade de Reims

Por Federico Yáñez

El domingo a las 15.45 probablemente Lionel Messi haga su debut con el Paris Saint Germain contra el Stade Reims en el estadio Auguste Delaune, bautizado así en homenaje a un militante comunista que peleó en la Segunda Guerra Mundial, que fue evacuado de Dunkerque, la ciudad francesa de donde el ejército inglés sacó 300.000 soldados, y murió torturado por la Gestapo de Adolf Hitler tras un acto de resistencia en Le Mans en 1943.

La presencia de los galácticos parisinos sin duda revolucionará esta ciudad del noroeste francés cuyo principal activo es el champagne, botellas que se abrirán en masa si el equipo del catalán Oscar García derrota a los de Mauricio Pochettino.

Pero en los años ´50 y ´60 el espumante era moneda corriente porque Reims era el epicentro del fútbol francés con un equipo que ganó cinco ligas en once años y que fue uno de los animadores de la flamante Copa de Campeones de Europa, el nombre que tuvo la Champions League hasta 1992. Dos finales perdidas contra el Real Madrid, una de ellas insólita, podrían haberlo convertido en el primer coloso del Viejo Continente, pero la suerte y la historia no estuvieron de su lado.

En 1955 por impulso Gabriel Hanot, director del diario L´Equipe de Paris, la UEFA creó la Copa de Campeones de Europa como manera de unir en un solo torneo a todos los equipos del continente. En esos años existían la Copa Latina que nucleaba a los equipos de Francia, Italia, España y Portugal o la Copa Mitropa donde competían clubes de Europa Central y también algunos italianos. En 1930 se jugó la Copa de la Naciones con diez equipos y que ganó el Ujpest de Hungría.

Inicialmente estaba prevista la participación de veintinueve equipos como el Stade Dudelange y el Partizan de Tirana, campeones de Luxemburgo y Albania, algo impensado en la actualidad. Hubo debates, faltó consenso y cosecharon deserciones como el Chelsea inglés y el Dinamo de Moscú, que se negaron a jugar. Finalmente, UEFA invitó a dieciséis equipos, de los cuales solo ocho eran los mejores de sus países, entre ellos el Fussball Club Saabrücken del Protectorado de Sarre, territorio alemán que pasó a Francia tras la Segunda Guerra Mundial y en 1957 volvió a ser parte de Alemania.

Con el final de la guerra, el Reims ascendió a Primera y comenzó la gestación de lo que sería “Le grand Reims”, el equipo más dominante del país hasta el inicio de los ´60.

Con el final de la guerra, el Reims ascendió a Primera División y comenzó la gestación de lo que sería “Le grand Reims”, el equipo más dominante del país hasta el inicio de la década de los ´60. Encabezados por el defensor Robert Jonquet y el volante Albert Batteux, Reims ganó su primera liga en 1949. Un año después Batteux reemplazó a Henri Roessler como entrenador y dio forma a una versión más avasallante que terminó de consolidarse en 1951 con la llegada de Raymond Kopa, proveniente del Angers. En la temporada siguiente lograron el doblete con la segunda liga y con la obtención de la Copa Latina, con un 3-0 al Milan de los suecos Ledholm, Gren y Nordhal, gracias a dos goles de Kopa.

La Copa de Campeones comenzó difícil contra el Aarhus danés en octavos de final y tampoco fue sencilla la serie de cuartos contra el Vörös de Hungría, a quien derrotó 4-2 de local y empató 4-4 de visitante. La semifinal la atravesó con más tranquilidad sobre el Hibernian escocés y en la final esperaba el Real Madrid de Alfredo Di Stefano, Héctor Rial, Miguel Muñoz y Paco Gento. Los españoles eliminaron al Servette suizo, al Partizan de Belgrado y al Milan del uruguayo Pepe Schiaffino, autor del primer gol celeste en el Maracanzo.

La llegada de Di Stefano primero y Rial después le dio un salto de calidad al Madrid que en sus primeros cincuenta había sido un actor de reparto en el fútbol español. Surgidos de River y San Lorenzo, tras la huelga de 1948 migraron a la llamada Liga Pirata de Colombia que no era reconocida por FIFA, pero pagaba los mejores sueldos. La Saeta rubia recaló en el club blanco en 1952 y lo cambió para siempre.

La final se jugó el 13 de junio en el Parque de los Príncipes de París, donde Messi hará de local en las próximas dos temporadas. Michel Leblond y Jean Templin anotaron en los primeros diez minutos para el Reims que ganaba 2-0, pero para la media hora del primer tiempo el Madrid ya lo había empatado gracias a Di Stefano y Rial.

El equipo del teniente general José Villalonga empezó a sentirse dueño del partido, pero no lograba efectivizarlo, al punto que Gento se perdió un gol hecho en el cierre de la primera mitad. El viejo axioma que reza que los goles fallados en un arco terminan en el propio se cumplió a los 17 minutos del segundo tiempo y llegó el 3-2 cortesía de Michel Hidalgo, entrenador del seleccionado francés campeón de la Eurocopa de 1984.

Reims tenía un juego vistoso y en Kopa a su jugador distinto, pero no pudo imponer condiciones y se privó de ser el primer campeón europeo de clubes.

Automáticamente vino el empate del defensor Marquitos Alonso, abuelo de Marcos Alonso, futbolista del Chelsea. La igualdad inclinó psicológicamente el partido y a quince minutos del final Rial firmó su segundo gol y 4-3 final, más allá de un tiro de en el travesaño de Templin.

Reims tenía un juego vistoso y en Kopa a su jugador distinto, pero no pudo imponer condiciones y se privó de ser el primer campeón europeo de clubes. En la temporada siguiente Raymond se fue al equipo blanco y para reemplazarlo trajeron a Just Fontaine, que ese año había sido campeón de la liga francesa con el Niza y que en 1958 sería el goleador del Mundial de Suecia con 13 goles, único futbolista en hacerlo.

Un año antes, el Madrid ya había derrotado al Reims en la final de la Copa Latina y en 1959 se quedó con su cuarta Copa de Campeones seguido, otra vez frente a los franceses. Fue 2-0 en Stuttgart, Di Stefano anotó un gol, Kopa fue titular y pudo esta vez ser campeón. Esa temporada Di Stefano ganó su segundo Balón de Oro, que en 1958 había sido para el francés.

El domingo Messi tal vez pise el suelo del estadio de un equipo que luego de esa época de gloria pasó 33 años en el ascenso, que el año pasado evitó la promoción por solo dos puntos, pero que pudo ser el primer coloso europeo.