Desbarataron una fiesta clandestina en Club Aráoz, un local nocturno de Palermo el sábado por la noche. Los guardias de seguridad del evento tapaban las cámaras de los celulares con un sticker para que nadie pudiera sacar fotos.

El operativo estuvo al mando de la Policía de la Ciudad, junto con la Agencia Gubernamental de Control (AGC) y el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ). Allí, se constató que en el lugar había 140 personas aproximadamente.

Al ingresar al lugar, los agentes se entrevistaron con el encargado, un hombre de 44 años, y observaron una gran cantidad de personas sentadas en grupos y bailando, sin barbijos ni respetando los protocolos impuestos por la pandemia de Covid-19.

Los inspectores verificaron que los presentes tenían stickers pegados en las cámaras de los celulares, los cuales eran colocados por personal de seguridad del lugar al ingreso para evitar la filtración de fotos y videos.

El modus operandi

No es la primera vez que alguna medida similar es tomada por los organizadores de estas fiestas clandestinas para evitar que alguien filtre fotos que alerten sobre la situación irregular.

En algunos boliches de Costanera, por ejemplo, se solicita a los participantes que dejen el DNI y el teléfono celular antes de entrar a los locales y se los revisa para evitar que entren con estos dispositivos.