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Mundo

Un discreto triunfo de la democracia cristiana marca el ocaso del bacheletismo en Chile

Completamente fuera de escena quedó el bacheletismo en la política chilena, luego del triunfo de la candidata democratacristiana, Yasna Provoste, en una poco nutrida primaria ciudadana del centrismo político. Poco más de 130 mil personas participaron en la elección interna del bloque que gobernó a Chile desde 1990 y cuyo último bastión fue la hoy Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet.

Paula Narváez, la candidata del Partido Socialista que fue ungida personalmente por Bachelet, obtuvo poco más de 36 mil votos que no son ni la sombra de los tres millones y medio con que la ex presidenta se impuso por última vez en las presidenciales del 2013.

Provoste, en tanto, movilizó el voto de 80 mil personas y se proclamó como la candidata de un muy adelgazado "centro político" que no se inscribió en las primarias legales de mayo. Entonces, la oposición representada por el bloque Apruebo Dignidad y su candidato Gabriel Boric se proclamaron como primera fuerza política del país, con más de 1 millón 750 mil votos.

Mañana cierra el plazo para la inscripción de candidaturas para las elecciones presidenciales del 21 de noviembre de este año, con poco margen para sorpresas. De aquí a noviembre la competencia principal se dará entre Gabriel Boric y  Sebastián Sichel, el candidato del oficialista pacto Chile Vamos, cuyos cuatro candidatos sumaron 1 millón 340 mil votos.

De mucho más atrás parte ahora Yasna Provoste, la presidenta del Senado, que intentará pivotear entre ambos bloques.

Tras el cierre de las primarias, este es el orden de las preferencias políticas votadas en Chile. Mañana cierra la inscripción de las candidaturas.

Analistas de todos los signos vaticinan una elección muy disputada y un escenario extremadamente politizado en Chile por la importancia del momento histórico. Los trasandinos deberán manifestar su voluntad tras un estremecedor estallido social en 2019 que condujo a una Convención Constituyente, que sesionará hasta el próximo año. Por ello, la elección presidencial será también un mecanismo que incidirá necesariamente en las discusiones constituyentes, donde se da una puja entre el poder constituyente y el poder constituido.

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