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Ambiente

Prohíben el Clorpirifós, uno de los agroquímicos más problemáticos del mundo

Por Facundo Mesquida

Se prohibió el uso, comercialización, importación, elaboración y fraccionamiento en todo el territorio argentino.

El Gobierno Nacional, a través del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), prohibió de forma progresiva todos los agroquímicos que contengan Clorpirifós, uno de los principios activos más cuestionados del mundo y uno de los más utilizados en la Argentina.

Para el caso de la “importación de principios activos y productos fitosanitarios formulados a base de Clorpirifós etil y Clorpirifós metil”, el Senasa estableció un plazo de prohibición de 45 días contando a partir de hoy.

La Resolución 414/2021 publicada en el Boletín Oficial señala que para el caso de “la elaboración y el fraccionamiento”, las empresas tendrán 90 días corridos a partir de hoy para dejar de fabricar cualquier producto que contenga el químico.

En relación a la “comercialización y uso” de estos agroquímicos, el Senasa determinó un período de 455 días para hacerse efectiva la prohibición, es decir, a partir de enero de 2023.

"Desde esa fecha (enero 2023), se producirá la baja automática de los registros de principios activos y de los productos fitosanitarios que contengan Clorpirifós, en el Registro Nacional de Terapéutica Vegetal a cargo de la Dirección de Agroquímicos y Biológicos", señala la norma oficial.

El Clorpirifós 

Los fitosanitarios son todos los productos que se utilizan en la producción agrícola y de alimentos para cuidar la sanidad de las plantas. Éstos pueden ser de orden biológico, natural o de síntesis química, como es el caso del Clorpirifós.

Una de las grandes diferencias que tiene este químico en comparación con otros, y que precisamente es lo que genera tanto rechazo, es que es un insecticida que ataca a los insectos, muy diferente a lo que puede ser el glifosato, que ataca a las plantas.

Una de las grandes diferencias que tiene este químico en comparación con otros, y que precisamente es lo que genera tanto rechazo, es que es un insecticida que ataca a los insectos.

La clave para entender esta diferencia es que los humanos no tenemos clorofila, por eso el glifosato no nos afecta directamente. En cambio, cuando se habla de un insecticida (sea el repelente del hogar o el bidón del campo), los principios activos que tienen afectan directamente al desarrollo de los animales e insectos, incluidos los humanos.

Este insecticida se utiliza en producciones intensivas como las frutícolas y hortícolas, pasando por la agricultura extensiva de granos, así como también hay productos disponibles para huertas y jardines del hogar.

Pero más allá de su uso masivo, dado que más de 100 países del mundo lo tienen aprobado y utilizan este químico, poco a poco las voces en contra se hacen oír.

Rechazo mundial

En agosto de 2018, el Tribunal de Apelaciones de San Francisco (Estados Unidos) ordenó quitar al Clorpirifós del mercado, en un plazo de 60 días, como corolario de un conflicto que databa de décadas atrás cuando Dow (multinacional que lo creó), fue multada por ocultar casi 250 casos de intoxicación con ese agroquímico solo en tierras americanas y por continuar publicándolo como producto “seguro”.

En ese entonces Dow pagó más de 2,7 millones de dólares en multas en Estados Unidos, mientras que en nuestro país se seguía vendiendo y utilizando el químico, sin ningún tipo de reparo.

En agosto del 2019 la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), publicó un comunicado donde concluía que los productos formulados con Clorpirifós "no cumplen con los criterios aplicables para proteger la salud humana establecidos en la legislación de la Unión Europea” y recomendaba que no se renovará su autorización más allá del 31 de enero de 2020.

En este punto es necesario destacar que la legislación de la Unión Europea es diferente a la del resto de los países o bloques, dado que en el viejo continente la aprobación de los agroquímicos se da por períodos determinados, teniendo las empresas que renovar constantemente ese permiso.

En Estados Unidos, Brasil y la Argentina, por ejemplo, la aprobación de estos compuestos químicos son definitivas y sin período de caducidad, por lo cual para dar de baja un permiso, sí o sí tienen que intervenir los servicios de sanidad de cada país.

A partir del 10 febrero 2020, la Comisión Europea hizo oficial la prohibición del uso del Clorpirifós indicando que “los Estados miembros deben retirar las autorizaciones de los fitosanitarios que contengan alguna de las sustancias activas”.

 Resolución del Boletín oficial

 Resolución Unión Europea