Jueves, 28 de Marzo de 2024 Cielo claro 21.8 °C cielo claro
 
Lunes, 11 de Octubre de 2021 Cielo claro 21.8 °C cielo claro
 
Dólar BNA: $902
Dólar Blue: $1010
Salud

Los héroes cotidianos de la vacunación

Vacunación

Por Martina Tortonesi 

Tras un año en el que incorporamos a nuestro lenguaje términos bélicos, como las "bajas" por Covid, el "enemigo invisible" o los trabajadores de la "primera línea", se destacan las "trincheras". Ese refugio donde uno se protege para más tarde atacar al oponente.

Constanza Banus siente que trabaja en una trinchera. Licenciada en Psicología, Banus es Coordinadora del vacunatorio ubicado en la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF),  en la provincia de Buenos Aires, donde ve "con un realismo posible" la meta final de la pandemia. Su trabajo la hace muy feliz, y la emociona tener la oportunidad de colaborar desde un lugar "nodal e histórico" donde se vacunan entre 1.000 y 1.300 personas por día.

"Es linda la cuestión territorial. La gente es del barrio, vecina o amiga. Hay como una red comunicación donde todos se enteran de todo, se apoyan, piden ayuda o se enojan", destacó.

La velocidad y agilidad con la que se atiende a los pacientes se debe al gran trabajo en equipo que realizan "desde la persona que recibe a la gente, la que vacuna y la que organiza; hasta los que aguantan las quejas todos los días cuando reclamamos cosas".

Ese esfuerzo se ve recompensado con la felicidad y agradecimiento de los vacunados: "Un día, una señora muy humilde llegó junto a una nena con síndrome de Down, problemas de coagulación e inmunodeficiencia. Ella lloraba, agradecida. Nos trajo de regalo un café Dolca y un paquete de azúcar. Eso es un montón porque es gente que te da lo que tiene, no lo que le sobra. Eso es muy emocionante".

Vacunatorio ubicado en la UNTREF. Foto: cortesía.

Algo similar contó Santiago Abraham, que trabaja en el vacunatorio del Centro Islámico, en la Ciudad de Buenos Aires, durante los feriados y fines de semana. "El fin de semana pasado se vacunó un señor y al rato volvió con una caja llena de bocaditos Marroc para todos nosotros porque lo habíamos tratado muy bien y le había encantado cómo lo atendieron las enfermeras", detalló. Santiago disfruta mucho del servicio y de atender a la gente, dijo.

"Me crucé con muchos padres y madres de amigos míos y son momentos que voy a recordar siempre. Es una situación de mucha emoción y alegría. Tengo un amigo que su madre y él nacieron Brasil. Ella no habla español. Un día a la mañana yo estaba en la entrada con otro de los chicos y de la nada escucho a alguien a los gritos en portugués. Era ella que venía con los brazos abiertos, feliz. Chocamos puños y prometimos abrazarnos cuando esto pase", mencionó Santiago a Diario Con Vos.

También tuvo la emocionante tarea de acompañar a su propia abuela dentro del vacunatorio, quien recibió su dosis en el Centro Islámico: "Estaba super contenta pero con nervios porque le tiene mucho miedo a las agujas. Como yo ya sabía lo que había que hacer fue todo más directo. Íbamos caminando y a cada chico de pechera verde le preguntaba 'duele mucho?' y todos le decían que se quede tranquila. Junto a la enfermera también, me quedé dándole la mano mientras la pinchaban. Cuando terminó fue todo alegría".

En otras oportunidades le ha tocado recibir a figuras públicas como Juanita Viale, Diego Ramos y Damián Betular. Todos se fueron muy agradecidos con la manera en que los atendieron. "Hace un par de fines de semana un compañero me dice 'pasá por la computadora 1'. Ahí alguien saluda y le reconocí la voz. Era Betular, el de MasterChef. Dije '¡Mirá quién vino!'. Me salió fuerte así que me parece que se puso un poco incómodo", contó Santiago.

Otro día le tocó cruzarse con el periodista Jonathan Viale, quien perdió a su padre, el reconocido Mauro Viale, que ya había recibido la vacuna contra el coronavirus: "Se lo veía muy contento. Estaba con mi compañero, que le preguntó el nombre. Y yo le digo '¿Cómo vas a preguntarle el nombre a él?', y Johny se rió. Entró contento y salió contento, se lo veía agradecido".

A pesar de los momentos amables y graciosos también hay otros que son todo un desafío. Constanza relató lo difícil que es ayudar a las personas que no están inscriptas, gente a la que le falta la documentación o asistir a los adultos mayores que no saben cómo usar un celular o una computadora.

"También es muy fuerte cuando llamás para las vacunaciones domiciliares y esa persona ya falleció. Es gente muy grande con otro montón de problemas de salud. Eso es doloroso", agregó la coordinadora del vacunatorio.

Los miedos con la AstraZeneca

Tanto Constanza como Santiago destacaron que hay gente que llega al vacunatorio con mucho miedo y con información falsa de los supuestos efectos secundarios que podrían llegar a generar las inyecciones. "Hay personas que asisten y cuando les preguntás si tienen turno te dicen, 'Sí, pero antes decime qué vacuna están dando', contó Santiago, y estimó que unas dos personas por día dejan el vacunatorio porque no quieren aplicarse una determinada vacuna.

Hay gente negada, por más que le expliques que el Covid es muchísimo más peligroso que cualquier vacuna". (Constanza Banus, coordinadora del centro de vacunación en UNTREF)

Actualmente la AstraZeneca es la que más preocupación genera en la gente: "Esos miedos están instalados y es muy difícil desarticularlos. Hemos tenido personas llorando de miedo o diciendo que tenían un ataque de pánico. Hay que estar ahí, contenerlos y escuchar qué les pasa", destacó Constanza.

En esos casos, ella se asegura de asesorar a esa persona detenidamente y frente a todos, para no generar el "efecto contagio" en las personas que aguardan su turno: "Hay gente negada o desconfiada, por más que le expliques que el Covid es muchísimo más peligroso que cualquier vacuna. Nosotros trabajamos para ayudarlos y darle confianza para que se puedan vacunar".

De todas formas, la amabilidad y el agradecimiento son superiores a cualquier inconveniente. Gracias a gente como Constanza y Santiago, estos héroes cotidianos, es que nos invade tanta alegría cuando pasamos por alguna de estas trincheras.