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Columnistas

Más activismo gordx y menos estereotipos

Por Jesica Lavia *

Cada vez que como nutricionista hablo o recomiendo leer sobre activismo gordx, puedo observar como muchas personas quedan descolocadas, como si existiera una especie de incompatibilidad entre la educación nutricional integral y este movimiento, cuando es todo lo contrario. Eso me hace pensar que seguramente le pase lo mismo a mucha otra gente, tal vez vos que estás leyendo esto seas una de esas personas y por eso me pareció importante hacer esta columna.

Pero no es la idea aprovechar este espacio para contarles sobre cómo el activismo gordx me cambió la vida para bien a nivel personal y ni hablar a nivel profesional. La idea es contarte de qué se trata el activismo y por qué necesitamos más de estos espacios políticos y menos estereotipos que dañan nuestra salud mental. Por eso sumé en esta columna la voz de dos de mis activistas de referencia, a quienes respeto y admiro. Ellas son: Lux Moreno, activista gorda y por la diversidad corporal, profesora de filosofía y Sami Alonso, comunicadora feminista y activista por la diversidad corporal.

El movimiento por los derechos de las personas gordas nació y fue traccionado por los feminismos a fines de los años 60 en Estados Unidos. Este movimiento emergió del discurso de los derechos civiles. “Es el activismo que da cuenta de las opresiones y violencias que se ciñen en los cuerpos, no necesariamente en los cuerpos gordos pero el cuerpo gordo es el gran chivo expiatorio en el cual se pueden ver las jerarquías sociales que hay de los cuerpos, donde la delgadez tiene un lugar de privilegio y visibilidad, mientras que los cuerpos que no son delgados no” comenta Lux.

Cuando el activismo llegó a su vida, Sami tenía 22 años, allá por 2012: “Estaba investigando para la facultad sobre estereotipos y me tope con el fat underground. Me voló la cabeza. Fue ponerle palabras a todo lo que me venía pasando los últimos 12 años de mi vida, habitando una corporalidad gorda. Empecé a entender el desprecio y el rechazo. Si bien tengo días de mierda y hay que pasarlos, no me señalo tanto con el dedo como antes.  Soy más compasiva conmigo misma”. En el caso de Lux sucedió en el 2013, cuando tenía 26 años: “Significó reivindicar todo, desde la ropa que me ponía o la ropa que usaba para tapar esa gordura, para dejar de hacerlo y tomar ese cuerpo como un cuerpo que tenía que ser necesariamente visible, no por ser considerado de una manera negativa sino desde un lugar de empoderamiento en el sentido de la reivindicación de ese cuerpo. Significó para mí un punto de inflexión de muchas de las ideas que yo sostenía y que claramente tenían que ver con prejuicios y con mandatos sociales”.

La gordura es para nuestra cultura, todo lo que está mal. Las personas gordas se exponen diariamente al rechazo y a la discriminación por tener cuerpos por fuera de la norma. Hoy gracias a las redes sociales, la lucha de las personas gordas por una vida sin violencia es visibilizada de forma masiva. “Creo que el activismo gordx es una herramienta más como para poder ir desarmando los mandatos corporales, estamos culturizados en una sociedad que premia a los cuerpos delgados, entonces es interesante empezar a desandar todo lo aprendido” resalta Lux.

La deshumanización de las personas gordas, la discriminacion y el rechazo son los límites con los que la militancia lucha a diario. Hay un fuerte desconocimiento de lo que el activismo es, lo que abarca y por lo que lucha. Por eso es importante escuchar y leer al respecto. Mucha gente se espanta o se enoja porque piensa que esta lucha hace apología de una enfermedad. En ese sentido Sami aclara: “Reclamamos vivir una vida más justa e inclusiva, donde nos respeten nuestra decisión de habitar el cuerpo que tengamos. Exigimos derechos cómo los que tiene el resto, derecho a habitar nuestros cuerpos, a que dejen de violentarnos en la consulta médica. A ocupar espacios que nos fueron cancelados. A poder elegir con quién vincularnos. Exigimos una vida igual que el resto. Porque aún si fuéramos personas enfermas, igual los derechos los tenemos”. Es importante entender que vivir sin ser violentados es un derecho humano. Que cuestionemos qué le pasa a nuestra sociedad con respecto a este tema y también que nos sucede en forma individual con la gordura.

El derecho a vestirse, comer, amar, ser feliz, existir, es de todas las personas independientemente del tamaño de su cuerpo. Razón suficiente para replantearnos por qué nuestra cultura y nuestra sociedad rechaza de tal manera a los cuerpos no hegemónicos y buscar cómo desde nuestro lugar podemos colaborar al cambio. Y si vamos a hablar de salud, hablemos en serio de salud, no de índices y de tablas estandarizadas. Lux suma al respecto: “El activismo gordx construye alrededor de pensar a la gordura como un factor de riesgo y no como una patología en sí misma, de hecho, no se acerca a lo que sería una patología. Y esto tiene que ver con una serie de interacciones políticas, económicas y sociales que han puesto al sobrepeso y a la obesidad como la nueva patología posmoderna, por la cual se puede señalar para la normalización corporal a las personas gordas como agentes que no han logrado cumplir con las normas culturales y específicamente con una cultura de la delgadez, que necesita que se siga reproduciendo ese mensaje. Cuando hablamos de patologías o hablamos de salud, hay que empezar a desandar esos términos y hay que empezar a dar cuenta si realmente esos términos que conocemos hablan con cierta objetividad epistemológica o no. Si lo que estamos haciendo es sostener ideas y prejuicios que reiteran esta situación, en la cual el gordo es señalado necesariamente como alguien responsable por su estado patológico, dejado, enfermo, etc. Es muy difícil a veces que este sentido común que está tan arraigado, que es el de la delgadez es sinónimo de salud, sea erradicado completamente (...) Lo que hacemos desde el activismo gordx es reivindicar que los cuerpos son heterogéneos y que esa heterogeneidad implica que la salud también lo sea”. La salud integral es mucho más de lo que toda la vida nos vendieron que es, se puede tener salud habitando cuerpos diversos.

* Licenciada en Nutrición: MN4824 MP857. Co autora del libro Pese Lo Que Pese, creadora de las galletitas saludables Alunt.