Sebastián Wainraich fue el primer invitado de Qué importa, el nuevo programa de Patricio Barton, en el aire de Radio Con vos. El conductor habló de su presente laboral; de cómo vive la pandemia; dio detalles de la segunda temporada de su serie, Casi Feliz; y respondió a la consigna del programa sobre a qué le dice “¡qué importa!”.

“A medida que pasan los años, uno va diciendo cada vez más ¡Qué importa!, pero no porque no te importen las cosas, sino que te importan menos algunas a las que le dabas demasiada importancia”, sostuvo Wainraich. Y agregó: “Al menos en el trabajo, trato de enfocarme en hacer bien las cosas, o al menos en lo que yo considero que es hacer bien las cosas, e intento restarle importancia a esos enanitos que te queman la cabeza, y que lo único que hacen es generarte neurosis, miedos y presiones”.

Consultado sobre su presente laboral, el rodaje de la segunda temporada de Casi Feliz, la serie cuya primera parte tuvo un gran éxito en Netflix, y la convivencia con la pandemia de coronavirus, el humorista sostuvo: “Estamos viviendo como en un mundo paralelo, porque el mundo real está atravesando toda esta locura, y nosotros tenemos la posibilidad de seguir trabajando”. “Estoy yendo a grabar durante casi todo el día. Arranco a las 5.30 de la mañana y después de ahí me voy a la radio. Esa es mi vida. Con barbijo e hisopado 3 o 4 veces por semana”, agregó.

A medida que pasan los años, uno va diciendo cada vez más ¡Qué importa!

“Obviamente, uno vive angustiado por la situación nacional e internacional, pero contento con lo que está pasando en la serie, lo estamos disfrutando mucho. Teníamos una amargura previa, pensando en que no lo íbamos a poder hacer, pero está siendo posible”, subrayó.

Si bien Wainraich no pudo dar muchos detalles de cómo será la segunda parte de la comedia que protagoniza junto a Natalie Pérez, adelantó que “van más a fondo con todo”. “Empezamos a conocer más a los personajes, no solo a Sebastián sino también a los que lo rodean”, aseguró.

Estamos viviendo como en un mundo paralelo, porque el mundo real está atravesando toda esta locura, y nosotros tenemos la posibilidad de seguir trabajando.

Al mismo tiempo, (*spoiler alert) el humorista reconoció que “la serie no tiene nada de covid, no hay barbijos, ni alcohol en gel, contamos nuestra historia”. El estreno no tiene fecha confirmada, pero se estima que será durante los primeros meses de 2022.

“Estaremos en el 60 por ciento del rodaje, nos quedan unas 3 semanas para terminar. Estoy contento y a la vez me empieza a agarrar nostalgia porque se termina, pasa rápido”, señaló.

Su faceta de escritor

“Escribo lo que se me ocurre, lo voy trabajando, y después cuando me reviso me doy cuenta de que, recurrentemente, el pasado es un tema en mis textos, la muerte es otro, y también está la clave del humor, que es reírse de las desgracias”, indicó Wainraich.

Asimismo, reconoció que hoy es más difícil hacer humor con ciertos temas. “El humor es el género más festejado, pero a su vez es al que más se lo cuestiona en cuanto a qué limites tiene. Hasta dónde se puede hacer humor”.

El humor es el género más festejado, pero a su vez es al que más se lo cuestiona en cuanto a qué limites tiene.

“Particularmente, creo que se puede hacer humor con todo, después que cause gracia o no, es otra cosa. Depende de la capacidad del comediante, del guionista, del actor a ver si puede hacer reír con el tema con el que se metió”, añadió.

¿Vuelve al teatro?

“Me gustaría volver al teatro, pero aún no lo sé”, afirmó, y recordó que previo a la pandemia estaba haciendo un unipersonal, que se llama Frágil. “Me gustaba mucho y el año pasado íbamos a hacer una gira nacional, que quedó pendiente”, contó. Y agregó: “Quiero hacerlo, pero creo que tendría que revisar el texto y cambiarlo porque hay cosas que quedaron fuera de contexto”.

Me gustaría volver al teatro, pero aún no lo sé.

Además , destacó la labor de los artistas y productores que continúan remando pese a los embates que sufre la actividad teatral por las restricciones sanitarias. “A principios, cuando se pudo, fui a ver a Dalia (su esposa) al teatro. Cuando llegué me dio cierta angustia ver las salas con capacidad reducida, el alcohol, y todos los cambios por protocolo", afirmó. "Pero al ver la obra, al verla a Dalia arriba del escenario era muy emocionante, y me daba cierta épica por la resistencia de los artistas de decir ‘vamos a pelearla igual, vamos a lucharla igual’, y la actitud de los empresarios teatrales de saber que iban a perder plata, pero decir abrir igual los teatros como un símbolo”, concluyó.

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