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Columnistas

Adiós al talle único en Argentina

Por Jesica Lavia *

Sabemos que en nuestro país salir a comprar ropa puede llegar a ser desde una misión imposible a una tortura. Es importante que hablemos de este tema para entender por qué vestirse no se trata de algo superficial “de moda” sino de un derecho básico. 

En Argentina, en la mayoría de los comercios hay desde talles únicos hasta 3 talles. Con suerte 5. Además no son uniformes, podés ser S en una marca y XL en otra (literal).

¿Quiénes son las personas que más sufren? Las que no tienen cuerpos hegemónicos, por supuesto. Cuando no hay ropa para vos tu cuerpo es invisibilizado dejando bien en claro el mensaje que dice que tu cuerpo está mal y no debería existir. Si, son palabras duras, pero más duro es lo que viven miles de personas en nuestro país cada vez que entran en un local de ropa. Si aún no lo hiciste, te invito a leer sobre activismo gordx y a seguir en redes a muchas de sus referentes como Samanta Alonso, Lux Moreno, Laura Contreras, Brenda Mato, entre otras.

Esta columna busca que nos detengamos a pensar por qué en nuestro país vestirse se convierte en un lujo al que tenemos acceso unas pocas personas y no se considera como lo que es, un derecho básico. Porque de lo que estamos hablando es de exclusión, de pequeñas (y grandes) violencias implícitas dentro de un mercado que nos prefiere con traumas antes que con grasa corporal. Y estas discriminaciones no son gratuitas. 

El mensaje detrás del talle único es que hay un único cuerpo válido, por ende quienes no tienen dicho cuerpo están mal. Si estoy fuera de los talles, estoy fuera de los cuerpos que corresponde tener, de los cuerpos que importan, de los cuerpos que tienen valor y esto impacta directamente en nuestra salud integral. La ausencia de talles genera trastornos en la imagen corporal, puerta de entrada en muchos casos a trastornos de la conducta alimentaria y también genera depresión, ansiedad, angustia, entre otros.

Antes de escribir Pese lo que pese (el libro que escribí junto a Paula Giménez) realizamos una encuesta sobre este tema y, de las más de cinco mil personas que respondieron, solo el 33% respondieron que siempre consiguen el talle que buscan. La pregunta es: ¿por qué las marcas se están perdiendo todas esas ventas? Muchas marcas se escudan en la inversión inicial, y es lógico que marcas pequeñas puedan verse afectadas pero ¿qué sucede con las marcas grandes? Ya está comprobado que si bien al principio la inversión es mayor, una vez que entran al mercado con los nuevos talles las ventas aumentarán. ¿Entonces?

La Ley Nacional 27.521, se aprobó en nuestro país en noviembre de 2019 y fue reglamentada recién el miércoles pasado. 

Como aún hoy la ley no fue implementada, no está en funcionamiento y seguimos como antes de su aprobación, con 12 leyes provinciales y 2 ordenanzas. Esto es un problema entre otras cosas porque no se unifican criterios y las grandes empresas textiles nacionales no van a fabricar prendas en función de cada ley provincial. Y también porque las personas no podemos defendernos, ni reclamar por ejemplo, si la tabla de talles es adecuada o no.

Entonces vayamos a lo importante: ¿Qué falta para que sea implementada? Que el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) complete el estudio antropométrico a partir del cual, se establecerán las medidas corporales estandarizadas sobre las que se basará el Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI). Gracias a la reglamentación obtenida esta semana, el INTI tiene un límite de 240 días para realizar dicho estudio. O sea, en criollo, hasta hoy lo que existen son normas IRAM basadas en cuerpos y talles de otros países y de otras épocas. No tenemos idea de cuáles son las medidas de nuestra población, no sabemos cómo armar una tabla de talles que tenga sentido y nos represente a la mayoría y la Ley Nacional aprobada tiene como foco la realización de este estudio.

Las leyes nacionales legitiman, marcan derechos. Si bien es cierto que tener una Ley de Talles y tener diversidad en los locales de ropa no nos va a convertir mágicamente en un país que acepta la diversidad corporal, ni vamos a dejar de ser una sociedad gordofobica, al menos es un primer gran paso. Por lo pronto, miles de personas en nuestro país, especialmente feminidades, van a dejar de sufrir esa violencia que afecta su salud mental y por ende su salud integral. Mientras tanto, seguimos esperando y tachando los días para que se cumplan estos ocho meses, se implemente la ley y podamos decirle definitivamente adiós al talle único.

* Licenciada en Nutrición: MN4824 MP857. Co autora del libro Pese Lo Que Pese, creadora de las galletitas saludables Alunt.

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