En la ciudad de Lobos, provincia de Buenos Aires, se encendieron las alarmas por la presencia de peligrosos plaguicidas tanto en la zona céntrica como en la rural.
La primera etapa de una investigación llevada a cabo por el Laboratorio de Plaguicidas del INTA Balcarce, a cargo de la doctora Virginia Aparicio, dio "resultados alarmantes". Allí encontraron contaminación por plaguicidas en el agua corriente, en el suelo de los jardines y las plazas, en el aire, en el agua de lluvia y hasta en la laguna.
"No esperábamos encontrar lo que encontramos y en el lugar donde lo hicimos", aseguraron a Diario Con Vos los biólogos, educadores ambientales y productores agropecuarios Paula Rabinovich y Damián Lencina, miembros del Colectivo por la Agroecología y la Soberanía Alimentaria (CoPLASA) y que formaron parte del equipo de redacción de este informe.
“Si bien es esperable encontrar contaminación en arroyos que van a la laguna y vienen de infiltración de campos cultivados, donde posiblemente algo se llegue a escurrir, no esperábamos encontrar presencia de agroquímicos en un pozo de 50 metros de profundidad”, dijo Rabinovich.
No esperábamos encontrar presencia de agroquímicos en un pozo de 50 metros de profundidad. (Paula Rabinovich, productora y miembra de Coplasa)
Este es el resultado de una forma de agricultura que depende de insumos químicos y de semillas modificadas genéticamente. El documento explica que este modelo de producción agroindustrial tanto a nivel local como nacional utiliza plaguicidas, agrotóxicos, fitosanitarios o “matayuyos” para garantizar el desarrollo del cultivo.
Al conjunto de las semillas y plaguicidas se los denomina comúnmente “paquete tecnológico”, que termina condicionando al productor, que considera a los plaguicidas “imprescindibles” para el control de “malezas” y otras “plagas”.
Los vecinos de Lobos decidieron crear el Aporte Por el Ambiente de Lobos (A.P.A.L.), para recaudar dinero para solventar los gastos que conllevaría una investigación. Esta cuenta con la participación de diversas agrupaciones: Fuerza Ecológica, Junta Vecinal Laguna de Lobos, Ecolobos, CoPLASA, Alianza Clima, Vida y Salud Lobos, FIT (Frente de Izquierda de los Trabajadores) y Casa de la Cultura Lobos.
¿Qué hallaron?
Específicamente se detalla que en el agua de consumo se encontraron 11 plaguicidas. "En la bomba 19, perteneciente a la red de agua corriente de Lobos encontramos niveles del herbicida 2 4 D, que están 45 veces por arriba de lo aceptado por la Unión Europea, la referencia tomada por el INTA en estos casos".
En el agua de lluvia se detectaron 10 plaguicidas: "Nos llueven en la cabeza herbicidas e insecticidas, las mayores concentraciones fueron de Atrazina, Fipronil y otra vez 2 4 D", detallan.
"Se tomaron muestras además de los árboles dentro del casco urbano para medir el impacto de estas aguas
y vapores contaminados en el material vegetal, y nos encontramos para nuestra sorpresa con 6 plaguicidas
a pesar de que esperábamos encontrar 1 o 2", continúa el informe.
analizadas por el Laboratorio del INTA en Balcarce.
La conclusión de los investigadores es que es necesario que aseguren la protección de los acuíferos a
partir de los cuales se extrae el agua, impulsar políticas que promuevan la transición a modelos productivos más amigables con el medio ambiente y que se lleve un control periódico que asegure que los niveles registrados de estas sustancias vayan reduciéndose.
Nos llueven en la cabeza herbicidas e insecticidas", afirmaron los investigadores.
Toda esta información ya fue presentada en el municipio: "Aceptaron el informe y dijeron que lo iban a leer. Les comentamos que esta recién es una primera etapa y que esperamos hacer otra en primavera y verano para tener una evaluación más completa", detalló Rabinovich. Y destacó la importancia de la segunda etapa ya que los cultivos cambian, aumenta la cantidad de trabajo en el campo, y por ende, el uso de agroquímicos aumenta.
"Nos parece importante que los vecinos se informen sobre el tema y tomen la decisión que consideren mejor al respecto. Creemos que es una cuestión de responsabilidad ciudadana ver de qué manera se está produciendo y qué alternativas hay. Sabemos que las transiciones son posibles y está bueno que haya un acompañamiento de los vecinos del pueblo y de la municipalidad", agregó la bióloga.
Consecuencias en la salud
Las ONGs aseguran que existen trabajos científicos nacionales que demuestran el daño genético en niños que viven en proximidad a zonas agrícolas al compararlos con niños que residen en zonas urbanas. A su vez, investigaciones internacionales demuestran la presencia significativa de daño neurológico en trabajadores y población residente de áreas agrícolas.
Además, varios plaguicidas son considerados disruptores endócrinos: pueden generar alteraciones en el funcionamiento de las glándulas endócrinas y en el sistema reproductivo cuando están presentes en mezclas en el agua de consumo.
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"La cantidad de disfunción tiroidea que conocemos de hablar con vecinos y del boca a boca nos parece bastante elevada –dijo firmó Rabinovich–. No lo podemos afirmar en el informe porque se necesita de un proceso más complejo, pero uno ata cabos y no creemos que sea casualidad", agregó Lencina.
"Sospechamos que esta situación no es actual. De un día para el otro no aparecen estas concentraciones a tanta profundidad. La gente hasta el día de hoy hacía vida normal y se enfermaba sin conocer esta situación", finalizó la bióloga.
El informe completo
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