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El papá de Chiara Páez, el femicidio que motivó el #NiUnaMenos: "El dolor más grande que tengo es ver que siguen habiendo muchas Chiaras"

Por Florencia Coronel

Seis años pasaron del femicidio de Chiara Páez, la joven asesinada por su novio en la localidad santafesina de Rufino, el 10 de mayo de 2015. Seis años de ese caso paradigmático que motivó la primera marcha del #NiUnaMenos, el movimiento masivo de mujeres que tuvo repercusión a nivel nacional e internacional. Seis años desde que su familia convive con el dolor y continúa con el pedido de Justicia, porque, a pesar del tiempo, la causa no tiene una sentencia firme. La Corte Suprema de Santa Fe aún no resolvió la apelación del fallo presentada por la defensa del asesino, Manuel Mansilla, que fue condenado a 21 años y 6 meses de prisión.

Es una falta de respeto hacia la familia de la víctima y hacia la víctima en sí”, aseguró Fabio Páez, en diálogo con Diario Con Vos. Y agregó: “Si bien sé que legalmente la Corte no tiene un tiempo límite para expedirse, creo que por respeto a la víctima y a los casos de femicidios tendría que actuar más rápido. En nuestro caso, a pesar de que ya pasaron 6 años, todavía no tenemos una sentencia firme”.

Es una falta de respeto hacia la familia de la víctima y hacia la víctima en sí.

La sentencia de primera instancia que encontró a Mansilla como responsable penal de su asesinato fue confirmada el 2 de marzo de 2018 por la Cámara de Apelaciones de la ciudad de Rosario. El joven, que al momento de los hechos era menor de edad, fue condenado un año después –en septiembre de 2017, cuando ya era mayor- a 21 años y seis meses de prisión, en una sentencia dictada por el juez Javier Prado y confirmada por un tribunal de alzada en marzo de 2018.

Manuel Mansilla fue condenado a 21 años y 6 meses de prisión, pero la causa aún no tiene sentencia firme.

Sin embargo, a tres años de aquella confirmación el máximo tribunal santafesino de Justicia aún no resolvió un recurso interpuesto por la defensa del condenado. “Te dicen que el asesino está preso, que está cumpliendo la condena, pero si vos me preguntás si el asesino de Chiara está preso, te tengo que decir que no sé”, sostuvo Páez.

“El dolor más grande que tengo es ver que siguen habiendo muchas Chiaras”.

“Lamentablemente, en nuestra Justicia siempre quedan cosas en el aire, y duele mucho, da mucha impotencia, porque además de la tristeza que uno tiene como padre por haber perdido una hija de esa manera, tenés que luchar contra todas las negligencias e inoperancias de la Justicia que te agravan el dolor. Es una doble lucha”, enfatizó.

En este sentido, Páez reconoció que “el dolor más grande que tengo es ver que siguen habiendo muchas Chiaras”.

El femicidio de Chiara

Chiara Páez desapareció la madrugada del 10 de mayo de 2015, luego de salir con un grupo de amigas y decirles que iba a encontrarse con su novio, Manuel Mansilla.

Ese domingo la familia denunció que no había regresado a su casa y la Policía rastrilló el pueblo junto a familiares y vecinos para encontrarla.

El cuerpo apareció horas después enterrado en el patio de la casa que Mansilla compartía con sus abuelos, su madre y la pareja de ella. La joven presentaba un corte en el cuello y varios golpes en la cabeza.

Chiara Páez fue asesinada el 10 de mayo de 2015 por Manuel Mansilla, quien por entonces era su novio.

La autopsia determinó que Chiara había tomado un antiflamatorio utilizado para abortar, ya que cursaba un embarazo que su madre había aceptado, pero que la familia de su novio no quería que continuara.

Un entramado perverso y siniestro que acabó con la vida de la joven de 14 años, y motivó la movilización de miles de mujeres que, desde aquella vez y cada 3 de junio, alzan la voz para gritar “Ni Una Menos”.

--¿Cómo vive a seis años del terrible asesinato de Chiara?

La tristeza no se va a ir nunca. El dolor siempre va a estar, hasta el último minuto que uno respire. Cuando llegan estas fechas es una mezcla de sentimientos: dolor, tristeza por un nuevo aniversario del asesinato; y a la vez orgullo, porque en nombre de Chiara, que motivó el “#NiUnaMenos”, se están haciendo cosas, se está avanzando, poniendo un granito de arena para tratar de que esto no suceda más.

--¿Cómo fue continuar la vida sin ella?

Es todo muy duro, distinto, porque cuando te pasa eso con una hija y de la manera en que nos pasó con Chiara, a cada paso que das te aparece ella: desde que te sentás a comer hasta unas vacaciones, una costumbre, o una palabra. Entonces, es muy duro. Si me decís ‘cómo vas para adelante’, yo te digo vas. Nada más. Avanzás. Tengo otros hijos, los hermanas de Chiara, y uno los ve a ellos, a la familia, a los amigos, a toda la gente que siempre nos apoya, con un llamado, un mensaje o en redes sociales, y te motivan para poder seguir. Eso no quiere decir que uno se olvida, por el contrario, siempre va a estar esa tristeza adentro.

"La tristeza no se va a ir nunca. El dolor siempre va a estar, hasta el último minuto que uno respire", aseguró Fabio al recordar a su hija.

--Tras el hecho, decidió irse de Rufino, Santa Fe, e instalarse en Mendoza, ¿Por qué?

Se dieron un conjunto de cosas: tengo dos hijos de otro matrimonio -yo estaba separado de la mamá de Chiara-, y mi esposa falleció de cáncer de mama, un año antes del asesinato de mi hija. Entonces, me quedé al cuidado de mis chicos, de 5 y 7 años, y en la ciudad había mucha bronca con todo lo que había pasado, las conversaciones eran muy violentas y me parecía que los tenía que sacar a ellos de ese lugar. Por culpa de un asesino, o mejor dicho de unos asesinos porque toda la familia estuvo involucrada, tuve que dejar a mis hijas mayores en Rufino, a mis hermanas, a mi mamá, para poder sacar a mis hijos menores de ese infierno.

Lo otro que me hizo tomar la decisión fue cuando los cuatro adultos que estaban en la casa esa noche que asesinaron a Chiara quedaron en libertad. Si bien ellos se mudaron de Rufino a Venado Tuerto, tenía miedo de tenerlos cerca y cometer una locura, lo cual no es mi costumbre ni mi forma de ser ni de pensar, pero a cualquier persona a la que nos tocan un hijo nos podemos llegar a volver locos. Entonces, para evitar otra desgracia, tomé la decisión de marchar.

Desde 2016, Fabio Páez reside en Gral. Alvear, Mendoza. Allí continúa la lucha para exigir Justicia, y evitar que haya más femicidios, como el de su hija Chiara.

--¿Estas personas no recibieron ningún tipo de imputación?

Están en la causa, pero al no tener un dictamen firme no sé cuál es su situación. Necesitamos una sentencia pública, y si son inocentes, como ellos dicen, que se diga que quedaron libres por tal y tal cosa, pero quiero que un juez dictamine.

--A lo largo de estos 6 años, ¿Mansilla o alguno de los integrantes de su familia intentó contactarse con usted o con la mamá de Chiara?

No. No solo no intentaron comunicarse con nosotros sino que no hubo, en ningún momento, arrepentimiento de nada. Realmente demostraron que lo hicieron como los asesinos que son.

--Hace poco transcendió que Mansilla gozaba de ciertos beneficios en la cárcel, que tenía un celular y hasta estaba activo en las redes sociales. ¿Cómo lo impactó esa noticia?

Hace 3 o 4 meses, una de mis hijas, hermana de Chiara, descubrió que Mansilla publicaba cosas en las redes sociales: una torta de cumpleaños y hasta un saludo para una nueva novia que tiene. Eso me causó mucha impotencia y mucho dolor, porque uno lo que espera es que el Estado te ampare, te defienda, te cuide como ciudadano, y realmente pasa lo contrario.

Manuel Mansilla, condenado a 21 años y 6 meses de prisión por el crimen de Chiara, tenía un celular en la cárcel y hasta estaba activo en las redes sociales.

Cuando denunciamos eso, me llamó hasta la secretaria del gobernador de Santa Fe, me pidió disculpas y me dijo que iban a subsanar el tema. Luego, me notificaron que le habían sacado el celular y que se descubrió que lo había metido escondido en una guitarra. Le respondí que no me voy a quedar con eso, porque que me dijeran que le quitaron el teléfono y me pidieran disculpas la verdad no me alcanza, hubiera querido que nunca se llegara a esto.

--¿A qué atribuye estas irregularidades o demoras en la Justicia?

Creo que aún no tenemos el apoyo ni el compromiso que se necesita. El caso de mi hija fue mediático, fue la gota que rebalsó el vaso e impulsó el movimiento de mujeres, con repercusión nacional e internacional, y aun así yo no pude conseguir Justicia. Entonces, cuando pasa otro femicidio me afecta profundamente, me angustio, porque es una lucha que sigue pendiente. Imaginate la gente que ni siquiera puede tener llegada a los medios, y todos esos delincuentes están sueltos. Entonces, el dolor más grande que tengo es ver que siguen habiendo muchas Chiaras.

--¿Qué significó para usted que el asesinato de Chiara motivara el nacimiento del "Ni una menos", el movimiento de mujeres más importante del último tiempo?

Es una mezcla de sentimientos. Cada 3 de junio se remueve aún más el dolor por el asesinato de Chiara, pero a la vez siento orgullo porque el nombre de ella está representando a muchas mujeres, y en nombre de ella se está avanzando en la lucha. Por ejemplo, en mi caso, yo venía dando de 10 a 15 charlas por mes en los colegios, que ahora se frenó por la pandemia, pero siempre con el nombre de Chiara adelante. Entonces, siento que podemos poner un granito de arena para que tengamos menos Chiaras, para erradicar la violencia de género, para que existan cada vez menos los femicidios. Cuando salgo con la bandera de ella a luchar contra todo esto es un orgullo. Es como que la tengo al lado mío, y no tengo dudas de que es ella la que me empuja.

El femicidio de Chiara Páez motivo el nacimiento del primer #NiUnaMenos.

--Si bien cobró mayor visibilidad la lucha de las mujeres, con más presencia en los medios, las cifras demuestran que aún los femicidios ocurren…

Sí, falta mucho por hacer. En este flagelo no hay un Boca-River, peronistas y radicales, acá no tiene que haber grieta, porque si no tiramos todos para el mismo lado, el violento va a seguir existiendo y las cifras lo demuestran, porque en lo que va de este año ya superamos los 90 femicidios. Entonces, si no estamos todos unidos en esta lucha, en hacer que los proyectos se cumplan y se respeten, sin mirar bandería políticas, esto lamentablemente va a seguir.

Mural en homenaje a Chiara, en Rufino, Santa Fe.

El recuerdo de Chiara

--¿Cómo recuerda a su hija? ¿Qué pude decir de ella?
Chiara era una chica buena, muy solidaria y le encantaba hacer deportes. Tenía 12 o 13 años y ya iba a la escuela de equinoterapia a darles la merienda a chicos discapacitados, o se iba a un hogar de ancianos, a la iglesia. Tenía su carácter bravo, nosotros le decíamos que iba a ser abogada por sus fuertes convicciones, te ganaba todo. Pero también era muy dulce. Venía, te abrazaba de atrás, te daba un beso sin que lo esperaras. Era una hija ejemplar. Tenía sus defectos, como cualquier ser humano, pero unas ganas de vivir, de hacer cosas y un corazón tremendo.

--¿Qué es lo que recuerda del momento en que desapareció? ¿Tenía la sospecha de que algo malo le había pasado?

Yo estaba en La Pampa, me había ido a jugar al rugby allí. Ese domingo, me llamó mi hermana y me contó que Chiara no había vuelto a la casa. Inmediatamente, desperté a un par de compañeros de la habitación y salimos para Rufino. Uno trata de no pensar en lo peor, te imaginas que quizás se quedó con el novio o con una amiga.

"Chiara era una chica buena, muy solidaria y le encantaba hacer deportes", recordó Fabio, su padre.

--¿Sabía del noviazgo de Chiara con Mansilla?

Si, si sabía.

--¿Y del embarazo estaba al tanto?

No. Me enteré ese domingo a la tarde cuando estábamos buscándola. Al principio me enojé mucho, le avisé al fiscal, y empezamos a asociar que por su embarazo se había ido con alguien. Le mandé varios mensajes diciéndole "Chiara, papá no te va a decir nada"; "Si vos estás embarazada, papá te va a ayudar. No te preocupes"; "Volvé". Le mandé cantidad de mensajes así ese día, pero bueno...para ese entonces ella ya estaba enterrada en el fondo de la casa de los asesinos esos.

"Tenía su carácter fuerte, pero también era muy dulce. Venía, te abrazaba de atrás, te daba un beso sin que lo esperaras".

--¿Qué es lo que más extraña de ella?

Y...todo. Cada paso que das, te acordás cosas de ella. Extrañas que venga de atrás, te abrace y te dé un beso; extrañás los mensajes. Si bien yo estaba separado de la mamá de Chiara desde hace varios años, el contacto era de todos los días. Es más, mis vacaciones siempre fueron con ellas, con mis hijas. Entonces, ahora cada vacación o cada vez que se acerca la fecha, me acuerdo todo. Uno como padre, compartió todo. Realmente, es muy duro.