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Columnistas

La felicidad comienza a los 50

Por Daniela Rago*

Es muy común leer en las redes sociales la frase: “La felicidad empieza a los 50 años, lo anterior fue sólo una práctica”.  Seguramente hubo mucha felicidad en etapas anteriores, pero a los 50 se experimenta una plenitud muy esperada, una felicidad pacífica , sin altibajos, ya que las anteriores etapas nos llevaron hasta acá con el continuo ensayo y error.

Un estudio reciente asegura que nuestro nivel de satisfacción decae entre los 20 y los 30 años y toca fondo a los 40. Qué mujer no traspasó la crisis de los 40 con alguna operación estética, o se separó del marido, o las hormonas le funcionaban a mil, etcétera.

Un estudio reciente asegura que nuestro nivel de satisfacción decae entre los 20 y los 30 años y toca fondo a los 40.

Pero para tranquilidad de quien lee, todo parece que mejora cuando se llega a los 50 y sigue una tendencia al alza hasta los 80, lo que se conoce como la curva de la felicidad, una especie de U que es un recorrido gráfico de este aprendizaje.

Se trata de una teoría desarrollada por el investigador norteamericano Jonathan Rauch, que precisamente ha escrito un libro sobre este tema titulado La Curva de la Felicidad, en el que afirma que la vida mejora después de los 50.

La crisis de la mediana edad no está motivada por ningún factor en concreto: el paso del tiempo es el único motivo.

Sus conclusiones destacan que la edad suele trabajar a favor de la felicidad y que la crisis de la mediana edad no está motivada por ningún factor en concreto, el paso del tiempo es el único motivo. Además como dato revelador manifiesta una idea fundamental y que es necesario resaltar: “No existe la crisis de los 50, si no más bien un renacer a una nueva etapa”.

Por esto y muchos estudios más, podemos afirmar que los 50 es la edad más generadora de todas. Es generadora y liberadora. A los 50 ya sabés quién sos, qué querés y hacia dónde podés ir, en línea general.

Hasta hace muy poco tiempo, las mujeres de 50 años eran vistas de otra manera, más como un final que como el inicio de muchas cuestiones relegadas. Y lo que es peor, eran vistas como un declive, un mero cierre de la etapa reproductiva, el término de una función vital como es la reproducción. A esa “mediana edad” (vistas como cincuentonas ) se esperaba de ellas su inminente retiro de la vida laboral, sexual, social, afectiva, etcétera.

Estas famosas cincuentonas, gracias a los cambios culturales, han logrado una magnífica transformación. Recordemos que la expectativa de vida ya no es la de antes, se supone que se ha extendido entre 20, a 30 años hacia adelante. ¡Sólo queda imaginar todo lo que se puede hacer con tantos años hacia adelante.

Los 50 ya no son la edad para “salir de circulación”. Muy por el contrario, lo que se observa es que muchas mujeres aprovechan esa década de sus vidas para hacer balances productivos y animarse a vivir nuevas experiencias que habían quedado en el tintero, principalmente por falta de tiempo.

Muy lejos de sentir que ya todo está terminado, muchas mujeres en esta década apuntan a un nuevo comienzo más tranquilo. Una verdadera construcción sin rupturas, pero eligiendo muy pero muy bien qué se desea construir, con quién, cómo y por qué.

Mucho se habla de mujeres que a los 50 se animan a romper con ese matrimonio de tantos años, quizás en realidad es un animarse a un replanteo que no tiene por qué llevar a la separación sino a una nueva construcción y un nuevo camino de a dos. Un nuevo encuentro.

Los 50 años también son una edad de balances. Se han adquirido una experiencia y una madurez importantes. Al mismo tiempo, se cuenta con gran vitalidad. Por eso, para muchas mujeres es hora de tomar decisiones significativas que antes habían sido pospuestas.

Para muchas mujeres es hora de tomar decisiones significativas que antes habían sido pospuestas.

En relación al rol laboral es una etapa maravillosa. En general, la etapa de los hijos pequeños que las tenían atadas de pies y manos ya terminó. Esa necesidad de repartir el tiempo entre la familia, la casa y el trabajo se modificó por un tiempo más libre, con horarios más flexibles y grandes momentos para el placer personal tan dejado de lado.   

Es frecuente que se descubran nuevas motivaciones u objetivos. Muchas a esta edad deciden ir o volver a la universidad o inscribirse en cursos, talleres o encuentros sobre temas que son de su interés. Los 50 son una gran década para encarar nuevos desafíos laborales, creativos, placenteros, casi siempre relegados. Momento para poder contemplar, para ver qué necesitan, para darse los gustos, y la lista es interminable.

Así es como nos transformamos en las famosas CINCUENTAÑERAS, las cuales vamos aprendiendo a vivir de otra manera, con mayor calidad, poseemos las herramientas necesarias para lograrlo, el equilibrio mental para bancarlo, la estabilidad emocional para saber qué queremos y la sabiduría para disfrutarlo.

Las cincuentañeras rompen estereotipos, se animan a verse y gustarse tal cual son, a no necesitar competir con nadie, a derribar mitos, a valorar el camino recorrido, son bellas, sabias, simples y felices… son mujeres 5.0.

* Licenciada en Psicopedagogía y RR.PP., creadora y conductora de Mujeres 5.0.